Por Chiara Risoleo
“La única forma de evitar que cientos de pequeñas empresas quiebren y que miles de empleados del sector turístico no pierdan sus puestos de trabajo es la asistencia por parte del Estado“, aseguró Graciela Fresno, presidenta de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (FEHGRA). El 13 de marzo, días antes de que el presidente de la Nación anunciara la primera etapa del aislamiento social preventivo y obligatorio en Argentina, la Cámara Argentina de Turismo (CAT) y FEHGRA presentaron una batería de medidas para que se declarara la emergencia turística. Sin embargo, hasta el momento no obtuvieron respuesta por parte del Gobierno.
El acceso a créditos sin intereses que permitan hacer frente a los compromisos de pago, un sistema de entrada expeditivo y automático al Programa de Recuperación Productiva que habilite al sector el pago de salarios y la eliminación del impuesto a los débitos y créditos bancarios son algunos de los puntos que contempla esta declaración de emergencia, que surge de la necesidad de paliar una situación de extrema gravedad que supone, según Fresno, “una pérdida de facturación anual proyectada de 28.500 millones de dólares, y una caída sostenida de la actividad de más del 45%”.
Los especialistas afirman que la crisis que se generó en el sector turístico no estará ni cerca de terminar cuando se levante la cuarentena. Por eso, estas entidades solicitan al Estado algún tipo de alivio para suavizar el gran y perdurable impacto que tiene y tendrá la COVID-19 sobre sus actividades. El presidente de la Cámara Argentina de Turismo, Aldo Elías, dijo: “Todos los que trabajamos con turismo estamos convencidos de que las medidas preventivas para aplacar el impacto de la pandemia en nuestro país están bien tomadas, son correctas y necesarias. Ahora sólo falta ver cómo va a acompañar el Estado a los privados para mantener los puestos y sueldos de nuestro sector que es, sin duda, de los más castigados”.
“Es difícil pensar en acciones de promoción o la vuelta a la actividad turística hasta que se logre contener de alguna forma la propagación del virus. El movimiento no se reavivará de forma inmediata, todo lo contrario, será demasiado lento debido a que la sociedad quedará sensibilizada”, aseguró Elías, quien supone que cuando se levante la cuarentena el sector se reactivará de la mano del turismo interno y luego del regional puesto que “las personas van a preferir hacer viajes cortos, que serán esporádicos, esenciales e impostergables”.
“La gastronomía posiblemente se va a ir recuperando antes con espacios reducidos y ciertos parámetros de distanciamiento social. En cambio, a la hotelería le va a costar más trabajo reactivarse, ya que depende del flujo turístico. Partimos de la base de que la sección internacional no va a estar presente como solía suceder, teníamos siete millones de turistas extranjeros por año que ya no vendrán, estimamos que por bastante tiempo”, concluyó Fresno.
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