Juan Pablo Villeres, 6 años
Hoy: Abogado
Tenía conciencia de lo que estaba pasando porque en mi casa se hablaba de esto. Mis padres eran militantes de la Juventud Peronista. Un día, llegando a casa junto a mi papá, vimos un operativo de allanamiento que rodeaba la casa de al lado. Allí vivía una compañera militante de mi padre. También lo acompañé a ver lo que sucedió cuando balearon la casa de Mario Santucho.
En diciembre de 1976, mis padres se mudaron a la casa de mis abuelos en Olavarría, buscando refugiarse de las persecuciones que sucedían en La Plata. Para ir a determinados lugares, había soldados que paraban a la gente y realizaban verificaciones. También en los micros que venían a Olavarría se hacían estos controles de orden militar.
El 16 de septiembre de 1977, mis padres desaparecieron. Eran las 3 de la mañana y yo dormía en la habitación junto a ellos. Una persona vestida de militar ingresó al cuarto, prendió la luz y me llevó en brazos a la habitación de mis abuelos. Quedé en el medio de ambos sobre la cama matrimonial, a oscuras. A cada lado de la cama había un militar con un arma. Desde ahí veía cómo, en el cuarto de enfrente, se llevaban encapuchados a mis padres. Esa fue la última vez que los vi.
Sobre un vidrio se reflejaban las siluetas de los militares que se sentaron en la mesa a comer, y después se robaron todo lo que pudieron. No entendía lo que sucedía. A partir de entonces comenzó la lucha y la militancia del dolor, pero fue muy difícil militar solo. Mucha gente decía haberlos visto, esperábamos que aparecieran en alguna lista de blanqueo del Poder Ejecutivo.
Cuando tenía seis años, mis abuelos me plantearon la verdad. Me explicaron lo que sucedió, que debíamos esperar, pero me aseguraron que iban a buscarlos y a luchar por ellos. Les agradecí porque me brindaron una libertad extraordinaria. Yo nunca abandoné la búsqueda de esperanza. En esa época consumíamos unos chicles llamados Bazooka, que venían con una historieta que sobre el final tenía un deseo. Yo compraba los chicles con el deseo de que volvieran mis viejos, los buscaba ahí.
Producción: Tomás Betanzos