Por Matías Riso

“Una de las cosas más angustiantes que tiene una familia de alguien que desapareció es levantarse con la ilusión de encontrar a su ser querido, y cuando se acuesta a la noche tener toda la tristeza de que no lo pudo hacer”, señaló Claudio Morresi en una entrevista para Diario Publicable.

Morresi es ex futbolista, figura en el Huracán de sus amores, donde hizo las inferiores, debutó en Primera División en 1981 y jugó hasta 1985. Ganó todo con el River multicampeón del ’86 dirigido por Héctor “Bambino” Veira. También pasó por Independiente de Santa Fe, Vélez Sarsfield, Santos Laguna y Platense, donde se retiró en 1992. Su vida es una combinación de fútbol y política. Militó en el Partido Justicialista, fue secretario de Deportes de la Nación entre 2004 y 2014, y luego legislador de la Ciudad de Buenos Aires.

La vida de su familia quedó marcada por la desaparición y el asesinato de su hermano mayor, Norberto, quien el 23 de abril de 1976 fue detenido por un retén policial junto a Luis María Roberto cuando los dos se desplazaban en una camioneta Chevrolet. En la caja, los policías encontraron varios paquetes de la revista Evita Montonera, órgano de difusión oficial de esa organización armada. Norberto tenía 17 años y militaba en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES); Luis María tenía 34, militaba en Montoneros y era el dueño de la imprenta donde se hacía la revista.

Norberto Morresi fue detenido y fusilado en 1976.

Fueron llevados en esa misma camioneta al cruce de la Avenida General Paz y la autopista Ricchieri. Los fusilaron. A Norberto le pegaron seis tiros en la cabeza a corta distancia y Luis María fue ametrallado a la altura del pecho. Esa misma tarde ambos fueron enterrados como NN en el cementerio de General Villegas y sus familias nunca fueron notificadas.

Los padres de Claudio y Norberto, Julio e Irma, golpearon toda puerta posible buscando información sobre el paradero de su hijo, presentaron hábeas corpus y luego comenzaron a participar de las rondas que cada jueves realizaban las Madres de Plaza de Mayo

Cargaron esta incertidumbre constante durante 13 años hasta que, en 1989, el Equipo Argentino de Antropología Forense accedió a un conjunto de documentos secretos del Batallón de Inteligencia 601 y pudieron reconocer los restos de Norberto, que hoy descansan en el cementerio San José de Flores. Claudio reconoce que su familia es afortunada por poder llevarle una flor a su familiar, pero que muchas otras no tienen “ese lujo”. Aunque esto significó un cierre en su historia personal, tanto su padre como su madre siguieron acompañando a otras familias en las marchas de reclamo.

Julio e Irma Morresi, comprometidos con la búsqueda de su hijo y de todos los desaparecidos.

“A los jóvenes que no vivieron esto les digo que tengan presente y bien marcado a fuego todo lo que hizo el terrorismo de Estado, para que esa violencia nunca más vuelva a pasar”, dijo Morresi. “Que tengan en claro esto, que recuerden el pasado y que con amor, democracia y participación se puede hacer una Patria mejor y más justa. No por medio de la violencia, ni del insulto, ni de estas actitudes que a veces hizo la dictadura y que hoy de alguna forma similar, no desde la violencia física pero sí de la violencia verbal, está llevando adelante este gobierno”, finalizó.