Por Diego Viquez
En la ciudad de Buenos Aires, la ley de Educación Sexual Integral (ESI) no se implementa en todas las instituciones educativas y, cuando se aplica, es de manera binaria. “No existe una capacitación docente en la Ciudad sobre cómo tratar la educación sexual de una manera integral y no binarie. Muchas veces nosotres vamos a las escuelas por pedido de las familias, hacemos un nexo con les docentes y se logra un cambio. En algunas instituciones se va avanzando y en otras no. El cambio es dispar, porque no hay una política pública a pesar de las leyes vigentes”, explica la co-secretaria de Infancias y Adolescencias Trans y sus Familias de la Federación Argentina LGBT, Zulma Olmedo. Según un informe realizado por la Asociación Civil Infancias Libres a 200 familias que se acercaron a pedir ayuda, entre junio del 2018 y junio del 2021, el 95% de las escuelas desconocen la ley y, cuando las familias la acercan, un 70% se niega a respetarla.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Ley de Educación Sexual Integral, sancionada en 2006 se implementa de manera desigual y según el criterio de quienes están a cargo de las instituciones educativas y sus educadores. Para Olmedo, las veces en que se aplica la ESI es por la voluntad de les docentes: “El que está en la escuela en el día a día, puede ser un gran aliado o puede ser un enemigo anti derechos”.
Marianela Di Toro, coordinadora del área de salud de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), explica que en muchas ocasiones la primera vez que una infancia LGBTI, y sobre todo travesti, trans y no binarie, puede manifestar sus sentimientos con relación al género percibido es en una institución educativa, a sus docentes, que además son sus referentes. Luego, esa información puede ignorarse y elegir no hacer nada, o utilizarse para acompañar adecuadamente a los chicos.
Los datos registrados por Infancias Libres marcan que el 52% de los profesores no están preparados para dar una respuesta adecuada. Además, al observar cuáles eran sus primeras reacciones frente a esta situación, el 34% no había escuchado las necesidades de los chicos, el 30% intentó colaborar con lo que estaba a su alcance y el 23% escuchó las necesidades. De todos ellos, solamente el 1% pudo ayudar a conocer sobre la autopercepción a la persona. Esto muestra que una de las dificultades que se presentan en el sistema educativo para la correcta implementación de la ESI es la formación docente. “A quince años de sancionada la ESI y a diez de la ley de Identidad de Género, muchos docentes no tienen herramientas para el abordaje de situaciones áulicas en la que se compromete el ejercicio de la ley”, asegura Laura Velasco, legisladora porteña por el Frente de Todos.
En CABA se ha incorporado un taller ESI en la formación docente y un postítulo en la escuela de maestros. Además, existen instituciones como el instituto Joaquín V. González en el que se dicta un postítulo ESI desde hace trece años. Para Velasco, en el Instituto no dan abasto con la cantidad de gente que se inscribe porque tienen un equipo pequeño y necesitarían duplicar la cantidad de docentes capacitadores.
El presupuesto destinado a Educación en 2021, según los datos que publica el Gobierno de la Ciudad, fue de 126.2 millones de pesos, de los cuales se ejecutaron 124.2 millones. El diputado nacional de Juntos por el Cambio, Facundo Manes, criticó en Radio Rivadavia al Gobierno porteño por el descenso en los últimos 14 años de gestión del presupuesto educativo. Manes, posible candidato a presidente por la Unión Cívica Radical (UCR) en las elecciones 2023, aseguró que el peso del Ministerio de Educación en el presupuesto del Gobierno porteño se redujo del 23,8 % al 18,5 % en el mismo período.
En una entrevista en el canal de televisión TN, la ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña, le respondió al diputado diciéndole que estaba mal asesorado. Acuña explicó que el presupuesto no descendió, sino que a la Ciudad se le sumaron otros gastos, como son el servicio de subterráneos, que hacen que, en la redistribución de los recursos, “todos los ministerios perdieran un poquito”. Con respecto a la existencia de recursos destinados específicamente para trabajar con la ley de Educación Sexual Integral, la legisladora Laura Velasco señala: “Ni siquiera tenemos un programa con un presupuesto específico destinado para ESI en la Ciudad, por lo tanto, los avances son relativos. No tenemos formación docente gratuita y obligatoria en servicio. Se han fijado algunas jornadas nacionales, pero no alcanzan”.
SIN ESI NI LENGUAJE INCLUSIVO
Es difícil pensar en una educación sexual que integre a todas las diversidades, cuando están pensadas y diseñadas desde la concepción hombre-mujer. Aún los baños siguen siendo separados por varón y mujer, los contenidos que se les enseña a los chicos siguen siendo binarios y, además, ahora se le suma la restricción de la ministra Soledad Acuña al uso de alguna de las formas del lenguaje inclusivo por parte de los docentes. “Va en contra de leyes nacionales, como la ley de ESI, pero también la de identidad de género. Hoy tenemos en la Argentina un documento no binarie, entonces el plantear las formas del lenguaje as/os o utilizar colectivos para nombrar a las infancias o las adolescencias tampoco termina abarcando a todas las personas y a todas las identidades. Lo no binario, muchas veces se expresa a través del uso del ‘@’, la ‘X’ y la ‘e’. Estas son formas que se utilizan justamente para pensarnos como una sociedad más inclusiva”, señala Velasco, quien además fue una de las que, junto con la Coordinadora Argentina de Derechos Humanos, presentó un amparo para detener esa resolución por considerarla inconstitucional.
El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, declaró en una conferencia de prensa realizada en la Universidad de la Ciudad de Buenos Aires para presentar nuevas medidas para la educación, que la regulación del lenguaje inclusivo tiene que ver con la posibilidad de mejorar el nivel educativo de los alumnos a través de la simplificación del lenguaje. “La idea es ordenar el uso de la ‘x’, del ‘@’ y de la ‘e’ en el momento de la enseñanza y establecer una guía de prácticas y recomendaciones para comunicar inclusivamente. Los resultados muestran un retroceso en lengua y en escritura. Fuimos para atrás. Por eso, es muy importante simplificar el lenguaje para que los contenidos se den de la forma más clara posible”, expresó el Jefe de Gobierno.
A esto se le suman las declaraciones de la ministra Acuña, en la misma conferencia de prensa, donde dijo: “Hay 7000 estudiantes que no pudieron completar ni siquiera el 20% de las evaluaciones de lengua y eso significa que no pueden identificar lo que están leyendo. Para eso es necesario quitar las convenciones que se utilizan diariamente en el habla, y así eliminar las trabas que se le presentan a los chicos”. En cambio, Laura Velasco considera que el idioma es un hecho social que constantemente sufre transformaciones y de ninguna manera se puede negar su uso.
EL BINARISMO RESISTE
Los contenidos dictados en la educación de la Ciudad siguen siendo binarios. Según Di Toro, todos los materiales que se utilizan a la hora de educar sobre las corporalidades, el sistema reproductor y cuáles son los cuidados en relación al cuerpo y a ciertas identidades han quedado un poco antiguos. Para ella, es necesaria una ESI nueva que pueda incluir las diversidades corporales: niñas con pene, niños con vulva y niñes no binaries. La escuela y las instituciones educativas son formadoras de personas, y no encontrar por parte de los niños contenidos con los que puedan identificarse los invisibiliza, partiendo de la idea de que lo que no se nombra no existe.
Todo lo que en la escuela no pueda ser abordado, es vulnerar un derecho. “Los cuadernillos dicen que una nena tiene vulva y un nene tiene pene. Seguimos viendo en las escuelas que representan el aparato reproductor femenino y aparato reproductor masculino, es decir, las corporalidades siguen siendo marcadas con un género que seguramente se les asignaba al nacer. Eso viene todo de la biología, que también es simplemente una ciencia que está hecha por personas, que también son binarias”, argumenta Zulma Olmedo.
Para Silvina Maddaleno, integrante del área de Diversidad Sexual del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), el binarismo no es un problema que se presenta sólo en CABA: “Los cuadernitos de la ESI están guardados en un placard o en una biblioteca y no se reparten. La dificultad que tenemos en algunas provincias y en particular donde la Iglesia es un poco más fuerte, es que son resistentes a dar este tipo de contenidos”.
El informe elaborado por Infancias Libres señala que el 48% de los adultos creyentes que acudieron a la asociación consideran que la experiencia trans/travesti es vista como un pecado o algo prohibido por parte de su comunidad religiosa. “La Federación tiene una secretaría de Laicismo y vamos hacia ese lado. Pero también hay excepciones. Hay una monja que se llama Mónica Astorga, en Neuquén, que logró que a doce chicas trans el gobierno les dé viviendas. Hay un caso de un cura que bautizó a un niño trans con el nombre autopercibido, pero depende exclusivamente de las personas. No se hace porque exista una ley, sino porque hay voluntades. Tristemente es así”, señala Olmedo.
Las leyes son un disparador importante para empezar a construir una sociedad más igualitaria y generar la posibilidad de que estos temas se incluyan en la agenda para empezar a discutirlos. “Todas estas cosas sin las leyes no son posibles. El Estado no puede accionar si no tiene una ley que contenga a la situación y la prevea. No es que con una ley que sea obligatoria, porque la ESI ya lo es, se vaya a resolver el tema. No es automático. Vienen las leyes y el cambio social viene un poco más lento atrás”, marca Maddaleno.