Por Luca Manessi
Oriunda de Chivilcoy, Melisa Balbi vive en la ciudad de Buenos Aires desde hace trece años, es docente en la UBA, sueña con trabajar en las Naciones Unidas y milita, desde 2019, en Confianza Pública, espacio liderado por la legisladora Graciela Ocaña. La joven ocupará el cuarto lugar en la lista de Volvamos Buenos Aires, encabezada por Horacio Rodríguez Larreta, para las elecciones legislativas que se realizarán el domingo 18 de mayo.
–¿Cuál es tu propuesta principal?
–Mi agenda está destinada a los jóvenes, ya que vivo y trabajo en la ciudad y conozco las inquietudes y las dificultades que tienen los vecinos jóvenes. Estoy muy interesada en lo que tiene que ver con emprendedores jóvenes y el tema vivienda, porque es muy complicado acceder a eso y poder independizarse. Obviamente tengo otros intereses, pero todo tiene que ver con derechos humanos, que en el día a día son poder tomar un transporte público y que funcione, usar el espacio público y que esté sin basura, poder transitar la calle sin inseguridades.
–¿La ciudad está sucia?
–Claro que sí, lo vemos todos. De hecho, estos días estoy recorriendo distintos barrios y la principal queja de los vecinos es que está sucia. Podrán ver los contenedores con basura afuera, hay olor a pis. Más allá de eso, también se agravó la inseguridad y el transporte no funciona como debería. Hay muchos más problemas que el hecho de que la ciudad esté sucia.

–¿Qué líder político te inspiraba cuando eras chica?
–Siempre me inspiró Graciela Ocaña por el hecho de que es una mujer comprometida con valores y que no se deja llevar por ningún partido político. Ella sigue sus valores, transmite confianza pública y va siempre por la transparencia, la lucha contra la corrupción y a favor de los adultos mayores, sin importar contra quién tiene que ir.
–¿Quién es tu referente actual en la política nacional?
–A nivel nacional, Horacio (Rodríguez Larreta). Comparto mucho sus valores, su modo de trabajar y, desde que vivo en la ciudad de Buenos Aires, me gusta mucho su eslogan, que es “trabajar, trabajar, trabajar”. Él tiene un método y seguimiento, lo que hace a una ciudad y una gestión eficientes.
–¿Cómo te definís en términos políticos?
–Como docente de Derechos Humanos. Ingresar a la política responde a la necesidad de intentar mejorar la calidad de vida de los porteños y a que los derechos humanos no son abstractos, sino que los vivimos todos los días. Por eso mi objetivo mayor, tal vez muy ambicioso, es poder trabajar en Naciones Unidas con la lucha de los derechos humanos.