Por Josefina Godoy Martínez
Los años electorales son arduos para los asesores de prensa que se encargan de posicionar y visibilizar a los candidatos políticos que, con suerte –y con votos–, se convertirán en los próximos legisladores, gobernadores y presidente.
Los equipos de prensa para las campañas suelen estar constituidos por varios integrantes, que se encargan principalmente de establecer vínculos con los medios de comunicación: hay una o dos personas que trabajan en redes sociales, un fotógrafo y un jefe de campaña. Este último es central ya que “es el que baja la idea del candidato, los lugares en donde quiere salir y los puntos sobre los que quiere opinar”, explica Emiliano Vázquez, periodista, prensa y vocero de políticos como Silvia Saravia (Libres del Sur) y Alejandro Mansilla (Avanza Libertad).
Lourdes Martín Salgado, en su libro “Marketing político. Arte y ciencia de la persuasión en democracia”, explica la relevancia del acto comunicacional en campaña: “El acto de comunicación proporciona al periodista la oportunidad de modelar las imágenes que se forman en el electorado, y eso requiere una estrategia”. Es decir, la comunicación que hacen estos equipos busca poner en valor aspectos positivos que tiene una persona con perfil de candidato, para resaltarlos y trabajar sobre esos aspectos. No se puede inventar lo que no existe, o al menos no es recomendable.
Una vez que se detecta el perfil del candidato, y se plantea una estrategia comunicacional, comienza el trabajo de campo para llevarla a cabo. Este proceso consiste en ser “persistente, creativo y tener sobre todo paciencia”, según Vázquez. Para posicionar a alguien, luego de haberlo estudiado minuciosamente, hay que lograr que llegue a medios nacionales, canales de cable, TV abierta, diarios de tirada nacional y radios que marquen la agenda para lograr visibilidad. A pesar de esto, “para que el posicionamiento sea exitoso se tienen que dar algunas causalidades y casualidades”, agrega el periodista. Es necesario insistir a diario con los productores de los programas en donde se busca posicionar a los candidatos, proponiendo temas nuevos sobre los cuales la o el candidato en cuestión pueda opinar y dar su visión. Muchas veces se trata de caer en el momento indicado para que un productor de radio o de televisión acepte entrevistar al cliente con un determinado tema. “La mayoría de las veces es un trabajo de hormiga de todos los días, cosa que muchas veces el político no ve ni se entera” continua Vázquez.
Si hay predisposición y el equipo de prensa acompaña con una buena labor e insistencia en los medios, el candidato en algún momento irá saliendo en los medios de alcance nacional y se posicionará lentamente.
En este proceso, también, son fundamentales las redes sociales: Twitter, Instagram, Facebook y Telegram, que son herramientas de difusión, y la combinación de lugares a los que el candidato asistirá de acuerdo con el mapa electoral y el cargo que este busque ocupar.
Otra dimensión a evaluar es el “factor crisis”. Según Vázquez, “la crisis en la campaña ocurre generalmente en los debates televisivos”, porque las notas radiales o gráficas son más “controlables”: el equipo comunicacional tiene el tiempo de llegar a pedir que se edite algún extracto. En cambio, el político en los debates se enfrenta a un ambiente acalorado, en donde se dan discusiones con tres, cuatro o cinco dirigentes distintos y el candidato “en caliente” puede llegar a expresarse de mala manera o cometer algún error. Esto puede poner en juego su imagen, porque el momento puede viralizarse y quedar perpetrado en la historia.
Esto último se relaciona con otro de los riesgos que tienen que combatir los equipos de prensa: los “carpetazos”. Son uno de los momentos de más crisis, ya que, como explica Vázquez, “son operaciones que vienen acompañadas de material de archivo en donde un candidato opina de manera tajante y negativa sobre algún tema polémico que puede haber ocurrido hasta hace más de diez años”.
Los prensas luchan con la difícil tarea de resistir al archivo, mientras corren una carrera ardua y caliente por dejar posicionado de la mejor manera a su cliente político de cara a las elecciones.
Editor: Ezequiel Perteagudo