Por Candela Morinelli, Martina Higounet y Agustina Gesto Rothar
El rechazo al veto presidencial de la Ley de Financiamiento Universitario amplía su rango. Las universidades privadas, entre ellas la Universidad Católica Argentina (UCA), se manifestaron en contra de la medida. El conflicto generó una ola de movilización entre estudiantes, docentes y diversos sectores de la comunidad académica, que ven en peligro el acceso a una educación de calidad y equitativa.
Luciana Gesto, estudiante de la carrera de Relaciones Internacionales e integrante del grupo de estudiantes autoconvocados de la UCA, contó cómo se formó la iniciativa: “Empezamos a organizarnos en abril con un grupo de compañeros de la facu. Vimos cómo las medidas que se estaban tomando afectaban a muchos amigos y familiares que estudian o enseñan en universidades públicas y decidimos hacer algo. Ahí surge el grupo de WhatsApp, el flyer de convocatoria y la difusión por redes de estudiantes autoconvocados”. El movimiento jugó un papel protagónico en las protestas y hoy cuenta con unos cuarenta miembros.
El apoyo a la educación pública desde las universidades privadas, especialmente desde la UCA, refleja un compromiso con los valores fundamentales que defiende esta institución. “Como estudiantes de la UCA, creemos que defender los valores en los cuales nos formaron implica acompañar causas tan básicas y universales como el derecho a la educación pública. Nos formaron en principios como la justicia social, el bien común, la solidaridad y la dignidad humana, y esos valores solo pueden ser promovidos en una sociedad donde todos tengan igualdad de oportunidades”, afirmó Gesto.
La Universidad Argentina de la Empresa (UADE) fue pionera en este movimiento de estudiantes autoconvocados, lo que generó una primera reacción dentro de las instituciones privadas ante el impacto de la crisis presupuestaria en la educación pública. Este ejemplo fue clave para que otros grupos de estudiantes, como los de la UCA, se sumaran a la causa. Desde la UADE, la iniciativa también logró sumar el respaldo de varios docentes, lo que consolidó el movimiento en distintas universidades.
La Universidad de San Andrés y la Universidad Torcuato Di Tella emitieron pronunciamientos similares: subrayaron que la inversión en educación y ciencia es fundamental para el desarrollo de cualquier nación, y que las universidades públicas son una pieza clave en la construcción de un futuro equitativo. Estos comunicados remarcan que, aunque el ámbito privado también juega un rol esencial en la educación superior, las universidades públicas son el pilar fundamental en la garantía de acceso a la educación de calidad para todos los sectores.
A pesar de la diversidad de opiniones que generó esta situación dentro de la comunidad universitaria, incluso entre docentes y estudiantes, el debate permitió una reflexión profunda sobre el rol de las universidades privadas en la defensa del sistema público de educación. “Hubo profesores que nos apoyaron y otros que respaldaban las medidas del gobierno. Pero lo importante es que podemos debatir en un ámbito que permite la pluralidad de ideas”, comentó Luciana Gesto.
En medio de estas protestas, las universidades privadas están demostrando que el compromiso con la educación no conoce fronteras entre lo público y lo privado, y que el acceso a una educación de calidad es una causa común que une a todos los sectores.