Por Valentín Clinaz

Ayer a las 19 de Roma (cinco horas menos en la Argentina) comenzó en el Vaticano la primera votación en el Cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco, que culminó con fumata negra tres horas después. Cuando haya un ganador, el encargado de anunciar el ¡Habemus Papam! será el francés Dominique Mamberti.

El cardenal nació en Marrakech, Marruecos, y tiene 73 años. Desde 2024 ocupa el cargo de protodiácono del Colegio Cardenalicio, que le otorga la responsabilidad de anunciar, desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, un nuevo rumbo en la Iglesia católica con la elección de un nuevo papa. Fue designado por ser el cardenal más antiguo de la Orden de los Diáconos, una de las tres ramas del Colegio Cardenalicio. Además, fue quien ofició la última de las nueve misas de despedida del papa Francisco.

Comenzó su trayectoria diplomática en 1986, cuando ingresó en el Servicio Diplomático de la Santa Sede, y fue considerado un experto en representaciones en América Latina, Naciones Unidas, África y Medio Oriente. En 2002 fue nombrado por el papa Juan Pablo II como obispo titular de Sagona para, en 2006, ser nombrado por el papa Benedicto XVI como secretario de la sección de Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, y posteriormente fue reelegido por el papa Francisco en 2013.

Sin embargo, Jorge Bergoglio, en 2014, lo designó prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, la corte final de apelaciones de todo juicio canónico. Al año siguiente fue nombrado cardenal de la Iglesia, y en la actualidad es el encargado de comunicar, luego de la fumata blanca, al nuevo papa.

Mamberti es reconocido por su defensa del derecho a la vida y la enseñanza moral de la Iglesia. Además, mostró su disconformidad por el avance del secularismo en el Viejo Continente.