Por Maitena Luquet y Camila de Leon Belloc
El artista exitoso tiene el reconocimiento del público. Sin embargo, detrás de él, oculto en las sombras, está su mano derecha: su mánager. Joaquín Chiappe tiene 24 años y comenzó su carrera profesional representando a su amigo J Gonz. Luego de una invitación por redes sociales del trapero Duki, Chiappe viajó desde su ciudad natal, Río Cuarto, Córdoba, hacia la Ciudad de Buenos Aires. Allí conoció al productor musical Taiel “Taiu” Heredia, su nuevo cliente del ámbito urbano.
Fanático de Avicii y admirador de las letras de Duki, Khea y Tiago PZK, Chiappe fue productor en el Lollapalooza y en el Primavera Sound, y hoy forma parte del sello discográfico TO.DO. Lo que más disfruta de su profesión son las relaciones públicas y poder conversar con las personas, mientras que lo que más le incomoda es no tener horarios fijos y tener que estar siempre atento a cualquier eventualidad de último momento.
–¿Cuáles son las formas de generar ingresos en las diferentes áreas de la industria musical?
-Los artistas cobran la mayor parte de las ganancias por sus lanzamientos y las regalías que dejan. El productor de un disco se queda con la menor parte por canción. Como productor podés cobrar la sesión, vender la producción sola, o con mix y master. El artista puede vender letras también. Otra opción son las colaboraciones con marcas, como un acuerdo para sacar una edición de algún producto y cobrar una parte, o hacer canjes. De todo esto, los managers cobran un porcentaje por obra sacada o por contratos 360°, que abarcan todos los aspectos, desde la música hasta el merchandising. Por lo general, es entre un 10 y un 30 por ciento en muy buen caso, pero no es común.
–¿Cuáles son las plataformas más importantes? ¿Cómo se monetizan las reproducciones?
-Al inicio me enfocaría principalmente en Spotify y YouTube. Spotify hoy es la principal plataforma para escuchar música, pero en Argentina es donde menos se paga por reproducción. En Estados Unidos se les llega a pagar hasta cincuenta veces más. Pero el éxito de una canción no depende sólo de una buena campaña, siempre estará condicionado a los gustos de las masas y las tendencias. A veces uno piensa que está buena, pero por más esfuerzo no funciona. Por ejemplo, hace mucho tiempo no ocurría algo como lo de “Rara vez”, de Taiu y Milo J. No pensaba que le iba a ir tan bien, aunque tenía una buena campaña detrás.
–¿Y en el caso de los artistas independientes?
-En ese caso, hay distribuidoras que cumplen el rol de un equipo de marketing de un sello discográfico a cambio de un porcentaje. Con JGonz trabajamos hace tiempo con Discover, y nos cobraba el 30 por ciento. YouTube es muy importante como plataforma de videos para mostrar la estética del artista, pero en nuestro país paga muy poco. También está el canal VEVO, que te da otro posicionamiento y es más exclusivo.
–¿Qué características tiene que tener un buen artista? ¿Cómo lo reconocés?
-Es importante encontrarse, es una búsqueda muy particular que a muchos les cuesta. Si el artista no tiene esa chispa en su esencia, puede no funcionar. Hay algunos que entran al estudio e imponen, se nota su amor por la música y su determinación. Me pasó con Milo J, que entró al estudio y le pidió a Taiu incluir en su canción una guitarra más acústica: con 16 años tenía claro lo que quería.
–¿Qué importancia tienen las redes sociales y plataformas de un artista?
-Las redes sociales son fundamentales. Es importante mantener un perfil en Instagram activo, mostrar lo que vas haciendo y conseguir un buen engagement, una conexión con la audiencia. Tik Tok es otra plataforma que da posibilidades para un montón de cosas. Para saber si rinde, miro en Spotify sus oyentes mensuales, su descripción, quiénes lo produjeron y si estuvo en alguna playlist oficial. También veo sus videos en YouTube, qué es lo que me muestra.