Por Alejo Bernhardt y Damián Gómez

El INDEC dio a conocer que la inflación de septiembre fue del 3,5 por ciento, dato celebrado por el presidente Javier Milei como el más bajo de su gestión y de los últimos tres años: “La inflación más baja de los últimos tres años no es casual. Es consecuencia de un gobierno que no emite más, que todos los días achica el gasto público de un Estado que era elefantiásico”. El dato fue publicado el 10 de octubre, día en que las universidades públicas del país cerraron sus puertas en reclamo por el veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario, ratificado el día anterior por la Cámara de Diputados.

La Ley, que no consiguió los dos tercios de votos necesarios por el bloque opositor, tenía como objetivo garantizar un financiamiento sostenible para las universidades públicas argentinas y ajustar los salarios de docentes y no docentes en relación con la inflación. Su costo total era del 0,14 por ciento del PBI, aproximadamente, unos 740.000 millones de pesos, de los cuales el 85 por ciento se destinaría a salarios y el 15 restante a gastos operativos. La ley proponía una actualización bimestral de los gastos según una fórmula que combinaba inflación, tipo de cambio y tarifas de servicios. También introducía nuevos criterios para distribuir el presupuesto universitario basados en la cantidad de estudiantes, egresados y la actividad investigativa.

Desde que Milei asumió la presidencia, la inflación acumulada es del 101,6 por ciento, mientras que la interanual alcanza el 209 por ciento. La baja significativa en estos números se debe a una desaceleración de la economía, a raíz del ajuste en el precio de los bienes y servicios y la pérdida de poder adquisitivo de los salarios.

La crisis salarial afecta a los distintos estratos de la docencia universitaria, y de forma aguda a aquellos que se encuentran en las categorías más bajas: docentes iniciales, con menos años de antigüedad y aquellos que trabajan en niveles preuniversitarios en colegios y escuelas que dependen de universidades.

Yamile Socolovsky, secretaria de Relaciones Internacionales de la Mesa Ejecutiva de la Federación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu), se refirió al momento crítico que viven los docentes: “Solo en los primeros cuatro meses del gobierno de Milei perdimos lo mismo que perdimos durante los cuatro años del gobierno de Macri. Volvimos a tener categorías docentes por debajo de la línea de la pobreza, eso es algo que no pasaba hace más de veinte años. Hasta 2005, las paritarias estaban congeladas desde hacía diez años”. La situación que enfrentan es la más crítica de las últimas dos décadas. En 2005 se reactivaron las paritarias luego de un congelamiento de diez años que había iniciado el gobierno de Carlos Menem.

Según datos de la Federación de Docentes de las Universidades (FEDUN), en agosto el salario bruto de los docentes universitarios llegó a un aumento del 76 por ciento con respecto a diciembre de 2023, mientras que la inflación registrada en ese mismo período fue del 94,8.

Además, Socolovsky adjudicó el principal problema que atraviesan las universidades a la hora de garantizar su funcionamiento al hecho de que más del 90 por ciento del presupuesto universitario está destinado únicamente a sueldos.