Por Azul Pudda, Iván Sierkovich, Luca Manessi, Lucas Porta, Guido García y Valentín Clinaz

Luego del fallecimiento del papa Francisco, comenzó un proceso de nueve días de duelo llamado novemdiales. Entre quince y veinte días después comenzará el cónclave, en el que se elegirá un nuevo pontífice a través de una serie de votaciones secretas de los miembros del Colegio Cardenalicio.

Actualmente, el Colegio cuenta con 240 miembros. Sin embargo, al estar impedidos de votar los cardenales mayores de 80 años, solo habrá 137 habilitados. Durante el cónclave, los electores se alojarán en la residencia vaticana Domus Sanctae Marthae y se reunirán en la Capilla Sixtina para las votaciones. El grupo deberá mantenerse en completo aislamiento, sin comunicación alguna con el exterior.

CÓMO ES EL CÓNCLAVE

Cada pontífice escribe el nombre de su candidato en una papeleta, y luego se suman los votos. Para ser elegido papa, un cardenal debe obtener al menos dos tercios de los votos de los cardenales electores presentes, lo que en este próximo cónclave significaría un mínimo de 92 votos.

Fumata blanca en el cónclave vaticano.

El cónclave no tiene una duración determinada, sino que se hace una votación diaria hasta que se encuentre un ganador. La elección del papa Francisco se resolvió en cinco días, mientras que la votación más larga extendió por casi tres años, entre 1268 y 1271, y terminó con Gregorio X como nuevo papa. Una vez que hay un ganador, el elegido debe aceptar o no su papado. En caso de que la votación no termine en una mayoría, se expulsa de la Capilla un humo negro. Si se elige un candidato, saldrá un humo blanco y sonarán las campanas que determinan el comienzo de un nuevo mandato.

El papa Francisco eligió al 80 por ciento de los cardenales que formarán parte de la elección. Además, les dio la posibilidad a cuatro argentinos de presenciar el evento: Víctor “Tucho” Férnandez, Ángel Sixto Rossi, Mario Poli y Vicente Bokalic Iglic. Pero ninguno podrá votar debido a su edad.

LOS PRINCIPALES CANDIDATOS

Hay varios cardenales postulados para afrontar el papado. Están los de pensamiento conservador, los moderados y aquellos más alineados a la ideología de Francisco.

Péter Erdő (Hungría, 72 años). De perfil conservador, se ha manifestado en contra del matrimonio igualitario, del sacerdocio femenino, del aborto y de cualquier perspectiva de género. Dice tener el aval de los cardenales europeos, que constituyen el mayor bloque de electores.

El húngaro Péter Erdő tiene un perfil conservador.

Luis Antonio Tagle (Filipinas, 67 años). Apodado el “Francisco asiático”, encarna una visión progresista alineada con el legado del difunto papa. Aboga por una Iglesia más inclusiva y defiende la justicia social, el diálogo interreligioso y el cuidado de los marginados.

-Peter Turkson (Ghana, 76 años). Reconocido por ser el posible primer “papa negro”, tuvo una carrera destacada en el Vaticano, especialmente en áreas relacionadas con la justicia social, el medio ambiente y la migración. Integra el bloque de candidatos con más afinidad con la ideología de Francisco.

-Raymond Burke (Estados Unidos, 76 años). Fue el cardenal que lideró la facción ultraconservadora opositora al papa Francisco (muchos lo consideran su “enemigo” número 1). Apuntado como uno de los favoritos para reemplazarlo, se opuso abiertamente a cualquier suavización de la política del catolicismo más conservador.

Burke, principal “enemigo” de Francisco.

-Matteo Zuppi (Italia, 69 años). Fue señalado por Francisco para sucederlo y es conocido por su sensibilidad social y su estrecha vinculación con la Comunidad de Sant’Egidio, un movimiento internacional de laicos que se basa en la oración, los pobres y la paz. Se destacó como enviado especial para establecer relaciones entre Rusia y Ucrania.

-Malcom Ranjith (Sri Lanka, 77 años). Aunque ha demostrado cercanía con Francisco y una ferviente preocupación por los pobres, es un cardenal con raíces en el pontificado de Benedicto y no ha desdeñado alentar la celebración de la misa tradicional en latín.

-Pietro Parolin (Italia, 70 años). De perfil moderado, pragmático y diplomático, el actual secretario de Estado del Vaticano tiene un enfoque centrado en el diálogo y la continuidad del legado de Francisco. Se podría decir que es un reformista moderado.

-Willem Eijk (Países Bajos, 71 años). Es un conservador doctrinario. Exmédico, es tenaz en temas biológicos-éticos y de sexualidad, y se opone firmemente a los cambios doctrinarios, razón que lo llevó a criticar varias posturas progresistas de Bergoglio.

Eijk, un conservador doctrinario.

-Robert Sarah (Guinea, 79 años). Es uno de los cardenales más críticos del rumbo actual de la Iglesia. Ultraconservador hasta el punto de defender que las misas vuelvan a ser en latín, se opone radicalmente al sacerdocio femenino y la bendición a parejas homosexuales.

-Juan José Omella (España, 79 años). Supo ser un hombre cercano al último Papa, con quien coincidía en la postura centrada en los pobres y comprometida socialmente. Sin embargo, prefiere el diálogo antes que la confrontación doctrinal. Encarna la figura de progresista moderado.

-Carlos Aguiar Retes (México, 75 años). El cardenal mexicano supo seguir la línea de Francisco en apoyo del diálogo interreligioso y la justicia social. Su postura es gradualista, no rupturista.

-Fridolin Ambongo Besungu (República Democrática del Congo, 65 años). La bandera más destacada del cardenal congoleño es su defensa por la justicia ambiental. En esta línea, es de los más progresistas y se remarca su liderazgo en África.

Fridolin Ambongo Besungu.

-Peter Ebere Okpaleke (Nigeria, 62 años). Fue víctima de tensiones ético-religiosas, lo que lo hace conciliador en ese aspecto. Sin embargo, es bastante conservador en materia de moralidad sexual.

-Charles Maung Bo (Myanmar, 76 años). La situación humanitaria de su país de origen hace que sea de los más comprometidos con la paz y los derechos de las minorías. Es del ala progresista, aunque moderada, y pide por una iglesia compasiva.

-Pierbattista Pizzaballa (Italia, 60 años). Destacado por su experiencia interreligiosa, es experto en el diálogo con el islam y el judaísmo por ser principal obispo de rito latino en Jerusalén. Su principal lucha es por la paz en Medio Oriente y no dejó entrever con claridad sus posturas en otros temas. Aparece siempre como mediador.