Por Delfina Haddad
La cultura independiente de la ciudad de Buenos Aires viene siendo víctima de la desfinanciación estatal. Una de las áreas más afectadas es el teatro no oficial que, tal como denunció la Asociación Argentina de Teatro Independiente (ARTEI), se encuentra en una situación de “emergencia y precariedad”. Se trata de una situación que pone “en riesgo el aporte que el sector realiza al desarrollo económico, social y comunitario de nuestra ciudad”, según afirman desde la entidad.
Proteatro es un organismo dependiente del Ministerio de Cultura porteño que se encarga de fomentar y proteger la actividad teatral independiente de la ciudad. Para eso diseña políticas y programas de promoción, y apoya e incentiva la creación, producción y difusión del teatro a través de diferentes líneas de subsidios. Pero ha estado sufriendo un desfinanciamiento importante. “Hace años que nuestro Instituto de Teatro viene desfinanciándose. Cada año representa un porcentaje menor del presupuesto total del Ministerio de Cultura, lo que se traduce en que los subsidios alcancen sólo para una parte de los gastos anuales”, explicó Gonzalo Pérez, integrante de la comisión directiva de ARTEI y parte del Espacio Tole Tole.
En junio del año pasado, ARTEI publicó un relevamiento entre sus salas asociadas que señalaba las demoras en el cobro de subsidios de Proteatro o del Instituto Nacional del Teatro, al igual que la falta de ajuste de los subsidios a la inflación. También registraba una baja de espectadores del 32,5 por ciento.
Las cosas no han cambiado este año. Según el comunicado que ARTEI lanzó en mayo, el presupuesto de Proteatro de 2019, teniendo en cuenta la inflación, bajó casi un 50 por ciento respecto de 2016. El comunicado también señala que “en los últimos dos años el aumento de la tarifa eléctrica fue del 300 por ciento, mientras que el del valor de las entradas no superó el 25 por ciento”. El teatro independiente, como dice Gonzalo Pérez, es “autogestión y apuesta”. El problema es que cuando los subsidios no alcanzan, los trabajadores deben duplicar su carga horaria para sostener los espacios.
La pérdida de espectadores es otro grave problema para el teatro no oficial. El referente de ARTEI opinó: “La pérdida de poder adquisitivo en los últimos años es crucial a la hora de analizar ese tema. En los teatros independientes hemos aumentado de forma mínima el valor de las entradas. Quienes antes tenían la costumbre de ver tres, cuatro o cinco obras al mes, ahora con suerte ven una”. Además, explicó que las obras “a la gorra” o con entradas con descuentos son soluciones transitorias. La baja en el poder adquisitivo también se percibe en la disminución de alumnos en los talleres teatrales.
La situación expone la crisis que sufre la cultura independiente en la ciudad, además de la falta de fomento y difusión por parte del Estado. El directivo de ARTEI afirmó que con distintas organizaciones están pidiendo que el cuatro por ciento del presupuesto del Ministerio de Cultura porteño vaya a la cultura independiente. Para Pérez, sería una demostración de interés por parte del Estado.