Por J. Diéguez, C. Salgueiro y N. Roldán
La Asociación de Legítimos Usuarios y Tenedores de Armas de la República Argentina (ALUTARA) es una entidad civil sin fines de lucro que nuclea a poseedores legales de armas de fuego, desde personas que hacen prácticas de tiro hasta cazadores, simples portadores y coleccionistas. La entidad se define como defensora del derecho a la práctica del deporte de tiro, entendiendo las armas de fuego como un mecanismo más de cuidado de los familiares y los bienes privados.
A la serie de charlas que organizan se suman cada vez más interesados en las prácticas de tiro a larga distancia. Uno de los eventos más importantes se realizó el 28 de agosto, convocado por Daniel Esteban Silva, presidente de Tiradores Long Range. Ese interés deja a la vista una realidad cada vez más común: el aumento de interesados en adquirir armas para enfrentar, si es necesario, la “ola de inseguridad” de la que hablan funcionarios, ex funcionarios y los medios de comunicación. Para promocionar uno de sus eventos, Silva señalaba como un punto de “interés” el sorteo de dos pistolas Bersa.
Con presencia activa en Instagram, Twitter y Facebook mediante cuentas propias, ALUTARA promueve la necesidad de ampliar los derechos de la población civil a la tenencia, portación y uso de armas de manera libre. La referencia a casos de inseguridad en los que, consideran, un arma habría cambiado el destino de las víctimas, la defensa que otorgaría a las mujeres víctimas de violencia de género y la camaradería que, aseguran, se desprende de los grupos de tiro, son los pilares en los que se basan para defender esta postura.
Sin embargo, estudios del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP) han demostrado que la tenencia de armas en el ámbito doméstico es más letal para los propios miembros de la familia que para terceros. Lejos de servir para la defensa personal, las armas terminan siendo empleadas para la resolución de conflictos intrapersonales, incrementando los listados de víctimas fatales por violencia de género y peleas entre vecinos. Incluso se ha comprobado que el tener un arma en casa aumenta en casi un cinco por ciento la posibilidad de resultar herido de gravedad durante un robo.
A medida que un sector creciente de la sociedad desconfía de la efectividad de las fuerzas de seguridad, aumenta la creencia de que la tenencia servirá para la protección que, evalúan, el Estado no brinda. Sin embargo, los datos oficiales de muertes violentas en todo el territorio argentino arrojan cifras alarmantes: ocho personas son asesinadas cada día por el uso de armas de fuego.