Por Andrés Zapoc y Constanza Almirón
A dos años de la Masacre de San Miguel del Monte, familiares de tres de las cinco víctimas señalaron que los policías imputados que irán a juicio oral “tenían antecedentes por coimas, golpizas y abusos de poder”. Yanina Zarzoso, mamá de Camila López, una de las adolescentes asesinadas, sostiene que la violencia institucional “difícilmente se modifique si no se realizan cambios de raíz”.
En la madrugada del 20 de mayo de 2019, como consecuencia de una arbitraria y violenta persecución policial, perdieron la vida Camila López (13), Danilo Sansone (14), Gonzalo Domínguez (14) y Aníbal Suárez (22). La única sobreviviente fue Rocío Quagliarello (13), quien sufrió heridas gravísimas y permaneció internada en terapia intensiva en el Hospital El Cruce de Florencio Varela.
La masacre puso al descubierto una serie de delitos cometidos por las fuerzas policiales.
“Anteriormente hubo mucho abuso de poder por parte de la policía. Todos los policías involucrados en la causa tienen un prontuario muy importante: coimas, golpizas, etcétera”, le dice a Diario Publicable Gladys Ruiz Díaz, mamá de Danilo Sansone.
Por su parte, Susana Ríos, mamá de Gonzalo Domínguez, sostiene que “la policía en ocasiones previas había tenido casos de abuso de poder, en muchísimos casos ya sea por coimas o por apremios ilegales”.
Yanina Zarzoso, mamá de Camila, afirma que la policía sigue actuando del mismo modo y que “difícilmente cambiará si no se modifican las cosas de raíz: “Fueron, son y seguirán siendo la misma cosa. Siguen actuando de la misma manera. La diferencia es que ahora estamos detrás de ellos para no dejarlos hacer y deshacer a su antojo, para no permitirles la completa impunidad. Estamos para decirles ¡basta!”.
La mamá de Danilo precisa que “siguen sucediendo los abusos de autoridad, las persecuciones, hostigamientos y amenazas” hacia los jóvenes, “sobre todo a los pobres, son los más tocados”. Además, afirma que recibieron “llamadas de amenazantes”, lo que llevó a la intervención de la Gendarmería Nacional para darles seguridad en sus domicilios. “Nos paraban el patrullero en la puerta de casa, nos molestaban por donde estuviéramos, nos vigilaban, hasta nos llegaron a prender fuego un auto. Están pendientes de nuestros movimientos”, recalca Gladys.
Yanina Zarzoso recuerda que los policías involucrados y el ex secretario de Seguridad de la Municipalidad local, Claudio Martínez, dijeron al principio que había sido “un accidente” y trataron de ocultar que había sido una matanza, luego de una persecución a tiros al coche en el que viajaban los chicos.
“La primera versión que recibí fue que mi hija había tenido un accidente”, señala Yanina Zarzoso. Por otro lado, Ruiz Díaz recuerda: “(En la mañana del 20 de mayo de 2019) Los oficiales José Durán y Héctor Enrique ‘Pipi’ Ángel (dos de los imputados), me golpearon la puerta de mi casa diciendo que hubo un accidente y que mi hijo estaba robando y que debía ir al hospital a llevar los documentos. Me llevaron en el patrullero. Todo era muy confuso esa noche, porque el hospital estaba lleno de policías y de mentiras”.
Las primeras horas fueron clave para que los testigos del hecho contaran lo que realmente había sucedido. “A las 7 de mañana mi esposo (Juan Carlos Sansone) comenzó a recorrer las radios en busca de ayuda, de cualquier testigo que hubiera visto lo sucedido. Fue así que a medida que pasaban las horas todo iba cambiando, aparecieron fotos, videos, testigos, pruebas y la mentira iba cayendo”, relata Gladys, mamá de Danilo.
“En pocas horas ese cuento se desarmó, gracias a los testigos del pueblo que no dudaron en salir a decir la verdad y apoyarnos”, confirma Zarzoso. Susana, la mamá de Gonzalo, dice: “Al principio eran todas mentiras cuando hablaban de los niños, quisieron tergiversar los hechos y en pocas horas se descubrió que no era cierto y supimos la verdad. No hubo ni siquiera tiempo para decir lo contrario. Tuvimos la verdad a pocas horas del hecho”.
“El móvil de la mentira sobre la masacre fue la impunidad policial, una cuestión institucional”, insiste la mamá de Camila.
Gladys Ruiz Díaz agrega que el accionar policial fue una mezcla de “falta de capacitación y de mafia”, por parte de la policía de San Miguel de Monte. “El Estado es responsable”, recalca.
“Fue una acción policial con muchísima alevosía, y después veremos qué dice la Justicia”, dice la mamá de Gonzalo, quien considera que “también hubo premeditación” por parte de los responsables de los asesinatos. “Lo que hicieron fue un desastre, nos mataron a nosotros también. Fue un hecho con muchísima alevosía”, insiste Susana Ríos.
La causa fue elevada a juicio, pero todavía no hay fecha fijada para el comienzo del debate. “La Justicia es muy lenta, pero estoy más que agradecida con nuestros abogados, el fiscal, los jueces que movieron todo muy rápido desde el principio en busca de la verdad. Los días son muy tristes en mi hogar, como familia seguimos con un dolor profundo, transitamos los días como se puede y esperamos el juicio con muchas expectativas”, declara la mamá de Danilo. Y agrega: “Lo único que esperamos es que paguen por lo que hicieron. La pérdida de un hijo es lo más terrible que hay, no se lo deseo a nadie. Esperamos un juicio justo y sin privilegios, solo así se aliviará nuestro dolor, porque sanarlo jamás”.
La mamá de Gonzalo expresa: “Solamente esperamos tener una resolución favorable, un juicio justo contra todos los acusados. Estamos preparándonos para la fecha del juicio, psicológica y personalmente, asistida permanentemente por una psicóloga del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y me lleva bastante bien”.
“La relación con el resto de los familiares es muy buena, siempre lo ha sido. Somos una gran familia con un mismo objetivo, con un mismo deseo: que se haga justicia”, asegura la mamá de Camila. Agrega que “estar juntos es importante porque es lo que nos permite avanzar y sentirnos acompañados. Toda la vida voy a estar agradecida por eso”.
Susana relata el último recuerdo, horas antes de la tragedia: “A las ocho de la noche me pidió permiso para ir a la plaza”. Luego vio fotos en las redes sociales “sobre un accidente” y tuvo “un triste pensamiento”, hasta que “a las cuatro de la mañana pasó lo peor, tuve que reconocer el cuerpo de mi hijo”. Le avisaron que fuera al hospital, pero nadie le dijo que ya había fallecido.
Este año, la pandemia impidió la realización de marchas y actos públicos, pero se recordó a las víctimas por las redes sociales, una avioneta sobrevoló el pueblo con un mensaje y se pegaron afiches en las calles de San Miguel del Monte.