Por Manuel Basile
El trap es un género derivado del rap que durante el último año tuvo una explosión de popularidad en la Argentina. Uno de los referentes es Duki, un joven de 22 años que empezó rapeando en batallas del Quinto Escalón y hoy agota entradas en giras internacionales.
Con tatuajes en la cara, el pelo siempre de un color distinto y cadenas de oro, Duki logró instalar un género hasta hace poco casi inexistente en Argentina. En sus batallas nunca destacó por ser excesivamente agresivo, pero sí por un flow –capacidad para fluir sobre una base– que otorga algunos de los minutos más interesantes de las competencias en las que participa.
En 2017 dejó de competir para dedicarse plenamente a su música. Fue una decisión indudablemente acertada: junto a los traperos Khea y Cazzu, logró superar la barrera de las 100 millones de reproducciones en Youtube, algo nunca antes logrado por una canción de trap argentina.
Luego de su rotundo éxito con Khea y Cazzu, decidió continuar su camino con Modo Diablo, grupo que conformó con los raperos YSY-A y Neo Pistea, en busca de un nuevo estilo para su música.
A pesar de las críticas por el uso de Auto-Tune (modificador de voz habitualmente utilizado en el trap) y el contenido de sus canciones referido a drogas y sexo, la popularidad de Duki no para de crecer. Así lo demuestra, por ejemplo, su show en los Premios Gardel 2018.