Por Luciana Magalí Vexina
Ubicado en la zona oeste de la provincia de Buenos Aires, el arroyo Morón atraviesa cinco partidos: Tres de Febrero, Hurlingham, La Matanza, Ituzaingó y Morón. Es uno de los afluentes del río Reconquista y aporta aproximadamente un 70 por ciento de la contaminación a esa cuenca, la segunda más contaminada de la Argentina después de la del Riachuelo. Si bien se ha intentado sanear sus aguas, nunca se concretaron los proyectos propuestos por las intendencias de turno.
David Kuczynski, doctor en Ciencias Biológicas, ecólogo especializado en contaminación hídrica y educación ambiental y autor del libro “Las bacterias sean unidas: una introducción a la ecología de los ríos urbanos”, asegura que “el arroyo Morón está tan deteriorado que es uno de los principales contribuyentes al deterioro del río Reconquista y, a su vez, es quizá una de las principales causas del deterioro del Río de la Plata”.
Hace setenta años, los vecinos de los barrios linderos al arroyo se bañaban en esas aguas limpias en las que había peces. Pero hoy “se da una cuestión concreta, que son los efluentes en su mayoría industriales y, puntualmente en el arroyo Morón, los cloacales”, según explica Lucía Giménez, directora de la licenciatura en Gestión Ambiental en la UNAHUR (Universidad de Hurlingham) y del proyecto “Promotores Ambientales Hurlingham”.
“La humanidad se fue concentrando cada vez más en grandes núcleos urbanos, a expensas de contaminar los ríos que atraviesan esas ciudades. Para muchas bacterias esto representó una nueva oportunidad de desarrollar un comportamiento peculiar apenas conocido”, explica Kuczynski en su libro.
Se han realizado distintos análisis que dieron a conocer los componentes contaminantes del agua del arroyo Morón: materiales pesados (cromo, cadmio, plomo, aluminio, arsénico, entre otros), grasas, materiales orgánicos, hidrocarburos (derivados del petróleo), pesticidas y sustancias fenólicas (provenientes del alcohol). Todos estos compuestos se acumularon tanto en el agua como en los sedimentos.
Además de compuestos nocivos, en el agua pueden encontrarse gran cantidad de bacterias. En 1981, los técnicos del Instituto de Ecología y Contaminación Ambiental (IECA) de la Universidad de Morón realizaron estudios y descubrieron el Brachionus Moronensis, un germen desconocido para la ciencia hasta ese momento.
En el texto “Sobre la presencia de patógenos asociados a infecciones nosocomiales en algunos ríos y arroyos bonaerenses”, Kuczynski valida “el hallazgo de algunas especies de Klebsiella, Enterobacter, Citrobacter, Serratia y Pseudomonas no registradas previamente en cursos hídricos de la región”. “Su presencia resulta no sólo de interés ecológico sino también epidemiológico y sanitario, por tratarse de patógenos asociados a diversas infecciones hospitalarias”, escribió.
Saneamiento del arroyo
En su artículo segundo, la ley número 25.675, llamada Ley General de Ambiente, plantea que la política ambiental nacional deberá “prevenir los efectos nocivos o peligrosos que las actividades antrópicas generan sobre el ambiente para posibilitar la sustentabilidad ecológica, económica y social del desarrollo”. Y continúa estableciendo en su artículo cuarto el “principio de subsidiariedad” por el que “el Estado nacional, a través de las distintas instancias de la administración pública, tiene la obligación de colaborar y, de ser necesario, participar en forma complementaria en el accionar de los particulares en la preservación y protección ambientales”.
En abril de 2010, la Dirección de Políticas Ambientales del Municipio de Morón propuso un proyecto que consistía en realizar una serie de estudios para analizar el estado del agua. Más adelante se hicieron trabajos de limpieza en la desembocadura del entubamiento del arroyo, que iban a permitir mejorar el escurrimiento de la lluvia en todo el partido, pero no dieron resultados.
A principios de 2018, a través del Comité de la Cuenca del Río Reconquista (Comirec), también se ha intentado preservar el recurso hídrico, mitigar la contaminación ambiental y relocalizar a las familias que habitan las áreas vulnerables, pero tampoco se lograron los resultados esperados.
Vida cotidiana en las cercanías del arroyo
El agua emana un olor fuerte –aún más intenso en verano– que se suma al proveniente de la quema de basura en el Ceamse, a la inundación de las calles los días lluviosos y a la neblina. Los vecinos manifestaron que muchas veces no pueden salir de sus casas, lo que, sumado a la falta de asfaltado, alumbrado, recolección de residuos, gas natural y alambrado del arroyo, dificulta tanto el desarrollo de la vida diaria como la posibilidad de revertir la situación.
Entre las enfermedades se pueden mencionar se encuentran las endócrinas, neurológicas, sanguíneas, epidérmicas y respiratorias, como impétigo, una erupción que proviene de una bacteria llamada estafilococo. También cáncer e infecciones de distintos tipos, meningitis, malformaciones congénitas, ardor en la garganta y en los ojos, náuseas, tos, imposibilidad de respirar bien, hepatitis, gastroenteritis, diarrea, parasitosis, asma, EPOC, enfermedades obstructivas crónicas, dolores de cabeza y manchas en la piel, entre otras.
Con respecto a esos problemas de salud, Kuczynski informó que “es un tema de primerísima importancia en lo que es salud pública, ya que una quinta parte de la mortalidad en los primeros años de vida por causas evitables se debe a la contaminación hídrica. Además, muchas enfermedades no siempre se asocian directamente al agua consumida, sino que se atribuyen a otra cosa. No sólo el contacto con el agua, sino la proximidad es causa de peligro”.
La contaminación en el arroyo Morón empeora aún más. Si las jurisdicciones involucradas no cooperan para sanear esta cuenca, seguirá afectando no sólo la vida diaria y la salud de los vecinos, sino la de los barrios cercanos que lentamente comienzan a sentir el impacto de la falta de cuidados. Por el momento se desconocen proyectos futuros destinados al saneamiento del arroyo.
Foto: Municipio de Morón