Por Delfina Haddad

El “Save Movement” es un movimiento activista que reúne tres ramas: Animal Save, Climate Save y Health Save. Esta última se formó hace seis meses y se dedica a ayudar a personas en situación de calle del Gran Buenos Aires y Capital Federal repartiéndoles viandas una vez por semana, excepto los jueves y fines de semanas. Lo particular es que los tuppers reutilizables que entregan no contienen cualquier tipo de alimentos, sino un menú vegano.

María Vázquez (38) forma parte de la asociación desde el comienzo. “Empezamos siendo un grupo de seis personas que repartíamos un par de viandas por las calles de Caballito, y ahora tenemos más de diez puntos de encuentro con más de 300 activistas”, relata con entusiasmo mientras mira a su hija que, un poco aburrida, no despega la vista del celular. No es casual que la activista haya elegido el restaurante vegano “Estilo Veggie” como punto de encuentro, ya que es uno de los lugares que a menudo dona alimentos. La asociación no solo se encarga de entregar comida sino que además recolecta ropa y artículos que no contengan un producto animal.

María se hizo vegana “de un día para el otro”, sin pasar por el vegetarianismo. Empezó haciendo vigilias (donde observan y acompañan a los animales antes de que se los lleven al matadero), pero lo que más la convenció fue que sus hijas ya seguían ese estilo de vida. La activista, quien conoció Health Save a través de Instagram, afirma tener mucha empatía con las vacas, sobre todo porque ella también es madre y puede sentir el sufrimiento del animal cuando es separado de sus crías. “Se puede ayudar sin lastimar a otro, eso es lo que más me gustó de este proyecto. Además, siendo vegana dije: ‘Esto es lo mío’”.

-¿Cuáles son los alimentos que más tienen en cuenta a la hora de planificar las viandas?
-Las viandas están planificadas por nutricionistas especializados en veganismo, es dieta balanceada cien por ciento sustentable. Usamos frutas y verduras libres de agrotóxicos. Es muy importante que las viandas tengan un cereal, una legumbre y una porción de verduras crudas. Las personas en situación de calle están muy mal alimentadas, lo que más consumen son harinas blancas que son nocivas para nuestro cuerpo, al igual que la carne. Entregarles una vianda vegana y saludable es muy importante.

-Nicolás Fassi, integrante de la asociación, dijo en una nota para The Buenos Aires Times que el trabajo que hacen ayuda a combatir la desigualdad social. ¿Coincidís?
-El vínculo que generamos con las personas ayuda a combatir la desigualdad social porque nos ponemos de igual a igual y les brindamos la posibilidad de comer cien por ciento saludable. La gente en situación de calle, a diferencia de nosotros, no elige qué comer. La función de Health Save no es hacer que esas personas se vuelvan veganas, sino darles las posibilidad de tener una opción vegana que a su vez sea saludable.

-¿Cómo construyen el vínculo con esas personas?
-Siempre se va sumando gente nueva, pero por lo general nos esperan las mismas personas. Desde Health Save nos acercamos a ellos y tratamos de generar igualdad social para valorar el momento que estamos compartiendo. Los escuchamos y a veces llevamos comida para comer con ellos y generar un buen clima. Es muy fuerte porque uno no suele formar un vínculo así con gente en situación de calle. Cuando de chica caminaba con mi mamá, ella me decía “no mires, seguí para adelante”. Son personas ignoradas por la sociedad y el sistema, y nunca te detenés a pensar qué sienten. No es solo entregar comida, por eso siempre vuelven o nos esperan. Existe un cariño especial, y la sensación de ayudar al otro es hermosa.

-La gente en situación de calle tiene una vida muy dura y muchas veces puede ocurrir que reaccionen mal a lo desconocido. ¿Alguna vez les rechazaron la ayuda?
-La gente de la calle a veces es violenta pero porque vive en un mundo de violencia. Una vez una persona se nos acercó para pedirnos una vianda, pero como no teníamos más, se enojó y nos revoleó una botella. Esas cosas te asustan un poco, más cuando recién empezás. A la otra semana volvimos y estaba durmiendo dentro de un banco, entonces entramos con una vianda y se la ofrecimos. Esa persona fue súper agradecida, nos explicó que vivía en un mundo muy violento y que a veces le daba bronca porque sentía hambre y tenía cáncer de garganta. Uno después piensa: “¿Cómo no va a ser así de violento, si es una persona ignorada y con una enfermedad terminal?“. Desde ese día nos espera todos los lunes. Hay que ver más allá de la violencia que se puede generar en la calle: estas personas están viviendo algo terrible, entonces hay que tener la empatía necesaria para comprenderlas.

-¿Cómo hacen para manejar los recursos, teniendo en cuenta la crisis económica?
-Cuesta muchísimo, pero por suerte la gente tiene ganas de ayudar. Un montón de emprendimientos veganos nos han donado provisiones. A veces vamos a ferias y preparamos comida para vender. Esa plata nos sirve para, por ejemplo, comprar verduras que sí o sí tienen que estar en todas las viandas. También nos acercamos a pedir donaciones a verdulerías. Hay personas que donan dinero directamente, y eso es fundamental porque gracias a eso podemos llevar esto adelante.

-Hasta ahora tienen diez puntos de encuentro y voluntarios en Rosario y Misiones. ¿Tienen la idea de abrir más grupos en otras localidades o provincias?
-Todavía tenemos más de cien puntos para abrir, pero queremos hacer más sólida la organización. Necesitamos personas responsables para que las viandas estén porque esta gente nos espera. Cuando llegamos, vemos cómo se van formando en fila, o sea que sí o sí hay que ir. Además, lo principal cuando abrimos un punto es encontrar una cocina, que siempre es de un voluntario que pone su casa al servicio, y saber que esa persona va a poder darnos el espacio una vez por semana para cocinar.

Fotos: @healthsaveargentina