Por A. Erquiaga y M. Ruiz
El consumo de libros digitales aumentó durante estos meses de cuarentena, no solo en la Argentina, sino también en España. Sin embargo, este hecho no benefició a las editoriales. “Esta cuarentena es negativa totalmente; toda la actividad que teníamos hace un mes de autores, editoriales y presentaciones de libros se ha apagado”, explicó Sergio Mejías, fundador de la plataforma española de autopublicación de libros Bubok.
“Hay mucho más tráfico, he multiplicado por cinco las visitas a la web”, cuenta Mejías. “En nuestro sistema, permitimos que el autor pueda ofrecer gratis su libro digital. Tengo mucha gente buscando la descarga de libros gratuitos, material escolar para los niños que están en su casa.” Según un estudio de la plataforma de suscripción de libros Nubico (España), desde que se inició el período de cuarentena se ha duplicado el consumo de libros en formato digital y se ha multiplicado por tres las altas de usuarios respecto del ritmo de meses anteriores; además, aumentó un 32 por ciento el total de libros leídos y un 30 el uso del servicio de lectura digital.
En la Argentina, sucede lo mismo. Víctor Malumián, editor de Godot, explica lo que ocurre en el país: “Sí, se registran aumentos; en muchos casos pueden quintuplicar o sextuplicar la venta habitual, un poco influido porque no queda otra que comprar libros digitales reemplazando los libros físicos.” En el caso de Bajalibros.com, una editorial argentina, el diario Página/12 confirmó que tuvo “600 mil usuarios buscando libros, y las descargas aumentaron un 400 por ciento respecto del período previo a la cuarentena”.
Aunque los números de visualizaciones parecen enormes, Malumián aclaró que “el crédito que queda es muy marginal, porque si le restás los costos que tiene cada canal (ya sea Amazon, Apple Books, o Google Play Books) queda muy poco dinero; eso restando los márgenes que hay que darles a los autores y a las autoras por sus derechos correspondientes”.
“El movimiento de libros físicos a través de paquetería no está prohibido, pero no está habilitada la circulación de libreros y gente que trabaja en los depósitos para preparar esos pedidos. Además, no hay editoriales en la Argentina hoy por hoy que publiquen exclusivamente en digital y puedan vivir de eso”, señala el editor de Godot. Agrega que “a ninguna editorial le viene bien esto, se ha multiplicado muchísimo la venta digital, y no pasa a ser significativo para ninguna de ellas, ni para multinacionales”.
Las páginas web de libros, como confirmaron los entrevistados, están en constante crecimiento, pero las empresas no obtienen grandes ganancias de ese movimiento. “En la Argentina, todavía no llega la venta de libros en digital, ya sea un poco porque la política de precios nunca fue adecuada o por el parque tecnológico. No es tan fácil conseguir readers, entonces se suma un tema de experiencia del usuario, que no termina de prender”, dice Malumián.
“Me cuesta mucho pensar la cuarentena ligada a algo positivo; esto se va a llevar puestas a varias librerías pequeñas e independientes, es una de las cosas que más nos preocupan”, señala el editor de Godot. “Por otra parte, el aumento que puede haber en venta de ebooks no va a compensar ni la mitad de lo que va ser la caída del libro físico, que es lo que realmente es negocio y genera ingresos para otras editoriales.” En el comunicado de la Cámara Argentina de Papelerías, Librerías y Afines (CAPLA) se informa que en el país existen 800 librerías independientes, comercios de barrio en general, que atienden sus dueños y emplean a un total de 2.500 personas.
La CAPLA planteó que las librerías atraviesan la peor crisis de su historia. “La pandemia del coronavirus provocó una caída en las ventas del 70 por ciento respecto del mismo período del año pasado y el impacto económico hace insostenible su actividad comercial”, explicó en otro comunicado. Además, la Cámara Argentina del Libro (CAL) reclama disposiciones en apoyo al sector editorial, en una carta dirigida al ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer.
En España se vive una situación similar, ya que la producción de libros online no ayuda a las empresas a ganar dinero. “Durante estos días hay más acceso a las plataformas online pero no hay más ventas. Un 60 por ciento de nuestras ganancias son de ventas en papel. Entonces, llevamos toda la actividad empresarial parada hace un mes; hay un aumento de parados (no pueden trabajar, aunque siguen cobrando) de un millón a cinco millones, y tres millones de autónomos están sin poder ganar dinero,” explicó Sergio Mejías.
En el caso de Bubok, confirmó que están conectados con los distintos ministerios de España, y eso les da acceso a materiales para ponerlos a disposición de la gente. Mejías dijo que “la publicación de libros ha aumentado muchísimo, se ha multiplicado por tres. Hay más tiempo libre y, por lo tanto, más gente en casa que está terminando sus libros y subiéndolos a la plataforma. Pero no repercute en dinero; ganamos muchísimo menos, porque nos requiere un costo poner los servidores más fuertes”.
Foto: Unsplash