Por M. Merlo Ayala, M. López Barreiro y D. Stringa
A pesar de la pandemia y el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) que empezó casi en paralelo a la apertura del año legislativo, el Congreso Nacional avanzó durante 2020 con una docena de leyes de envergadura ligadas tanto a la emergencia sanitaria como a la economía. Pero además, se saldaron en el recinto discusiones históricas como la Ley de Interrupción del Embarazo.
El Senado y la Cámara de Diputados debieron adaptarse a una nueva normalidad de trabajo remoto o mixto, que se caracterizó por alcanzar una intensa actividad parlamentaria, con un ausentismo promedio de 12,3 por ciento (el más bajo de los últimos cinco años) y una mayor paridad de género en el recinto de Diputados, según el registro de la Subsecretaría de Asuntos Parlamentarios.
Menos del 12 por ciento de los proyectos de ley presentados estuvo relacionado con la covid-19, mientras que el resto buscó mitigar el impacto económico. Durante el año se aprobaron en total 65 proyectos, casi el 70 por ciento más que en 2019.
“La posibilidad de trabajo mixta significó que el Congreso pudiera cumplir con las exigencias de trabajo en una pandemia. Se actualizó y se tuvo que adquirir tecnología porque la virtualidad es cara y requiere capacitación, pero pudimos hacerlo. Dentro de ese contexto, se aprobaron la Ley de Presupuesto 2020, la Ley de Vacunas y la modificación de la Ley de Ganancias, entre otras. Todo esto se pudo hacer porque el Congreso de la Nación se preparó“, afirmó Ramiro Gutiérrez, miembro de la Cámara de Diputados por el Frente de Todos.
El clima político, tan tensionado como el sistema sanitario
En un año atípico, y ante la urgencia por responder a la crisis sanitaria y económica, el Congreso no sólo funcionó como el órgano para ajustar los desequilibrios causados por la pandemia, sino que fue un termómetro de las relaciones entre oficialismo y oposición. Para el politólogo, profesor y analista Felipe Vega Terra, ”la pandemia marcó el piso de toda la política nacional, y el Poder Legislativo no estuvo exento“. “Hubo acuerdos en el tratamiento de los proyectos de emergencia sanitaria, con una relación de cooperación y consenso entre las fuerzas que permitieron la media sanción en la Cámara de Diputados del proyecto de Teletrabajo y el de la Ley de Economía del conocimiento“, enumeró el analista.
“Pero la relación comenzó a tensarse cuando el Gobierno decidió avanzar con la presentación de la Reforma Judicial y el envío del proyecto de modificación del Fuero Federal Penal de CABA, que no logró pasar la primera Cámara por falta de acuerdo. Y se agravó aún más cuando el presidente Alberto Fernández decidió modificar la tasa de coparticipación para destinarla a la provincia de Buenos Aires”, agregó.
El analista señala como tercer factor en la escalada las diferencias recientes a la hora de abordar medidas frente a la segunda ola de la pandemia. “En el capítulo actual, por ejemplo, llegamos a la controversia de judicializar las medidas para frenar la escalada de contagios, en un tire y afloje por la presencialidad educativa en el medio de este tremendo rebrote, es decir, no hay acuerdos políticos sino una judicialización de las medidas políticas de emergencia sanitaria que, sin duda, marca un punto de inflexión en un año electoral”.
Teletrabajo y discordia
La normativa que desde el 14 de agosto de 2020 regula el teletrabajo fue altamente cuestionada por sectores empresariales y aún así recibió luz verde en la Cámara alta. Lo hizo sin el apoyo de la oposición, a diferencia de lo que había sucedido en Diputados, donde el oficialismo pudo acordar. El texto para regular el home office incluye entre los ítems destacados el derecho a la desconexión digital y establece que el empleador debe proporcionar los elementos de trabajo (software y hardware).
“Es una ley que ha venido para quedarse y que muchas empresas y el sector público también irán perfeccionando. Personas que no conocían la tecnología hoy pueden trabajar desde su domicilio y ser incluso mucho más productivas que antes. Esto requiere una fuerte campaña de capacitación para erradicar el analfabetismo digital. Ese es el gran desafío que trae la ley de teletrabajo“, aseguró el diputado Ramiro Gutiérrez.
Por su parte, el diputado de Juntos por el Cambio Hernán Berisso declaró: “Hay que dar un incentivo fiscal, que hoy no tienen, a quienes invierten para que la ley funcione como una promoción del empleo, incentive nuevas maneras de contratación y no sea una mera regulación. Acompañamos esta ley para equiparar a los teletrabajadores con los trabajadores presenciales, pero se van a necesitar cambios con el correr del tiempo porque el trabajo virtual llegó para quedarse en varios sectores”.
Ni oficialismo ni oposición: cuando el Congreso fue celeste o verde
“Fuera de la cuestión pandémica hubo un hito muy importante por la dimensión social. Fue la única ley en la que el clivaje oficialismo y oposición no pudo aplicarse”, afirmó Vega Terra en referencia al proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo que impulsó el presidente Alberto Fernández a principios de su gestión.
“Los bloques oficialistas y opositores no fueron lineales y coordinaron un trabajo sobre ese tema en particular. Funcionó en ese caso una bancada transversal informal, muy común en otros países como Estados Unidos con los llamados ‘caucus’, que aglutinan y agrupan sectorialmente a los representantes legislativos, no partidariamente. En este proyecto se formó una bancada femenina que agrupó a la mayoría de las diputadas, más allá del partido político, en la búsqueda por aprobar la ley”, concluyó el politólogo.