Por Valentina Vázquez
“Hay mucha desinformación acerca de cómo cuidarse del grooming”, considera el abogado y docente en la Universidad de Morón Hernán Navarro acerca del acoso sexual a niños, niñas y adolescentes a través de internet por parte de un adulto que los contacta a través de alguna plataforma digital. Con la idea de cambiar este escenario creó “Grooming Argentina”, una fundación que “busca la prevención, promoción y la protección de las víctimas, como también trabajar para mejorar los planes de restitución de sus derechos”.
–¿Los niños y las niñas están desinformados sobre los peligros a los que están expuestos?
-No están desinformados de las plataformas, pero sí respecto a cómo cuidarse. Esto me arroja al pensamiento de romper con la idea de que los niños y niñas de esta generación son nativos digitales, cuando no es así. O sea, ser nativo digital implicaría tener un conocimiento profundo y completo del ecosistema digital. La realidad es que tienen la habilidad, el manejo y la destreza, pero carecen de la percepción del peligro. De hecho, no hay respuesta cuando les preguntamos a qué le tienen miedo en internet, lo que nos marca que no pueden ver más allá y, por ende, no tienen las herramientas para protegerse y cuidarse.
-Desde “Grooming Argentina” brindan charlas de concientización en escuelas a niños y niñas desde los nueve años. ¿Cómo les explican los peligros y los cuidados?
-Empezamos a esa edad porque es la edad promedio en la que un niño o niña accede a su primer teléfono en la Argentina. Es el más bajo en América latina. Dado eso, les hablamos de cada red social y cada plataforma en singular, como cuáles son los puntos grises en términos de ciberseguridad y de reconocimiento para poder aumentar los niveles de protección. Por ejemplo, la edad promedio a la que acceden a Roblox (NdeR: una plataforma de videojuegos online en la que los usuarios pueden crear sus propios mundos virtuales) es 7 años. Si bien tenemos una relación de confianza con la empresa, trabajamos juntos y le damos información, cuando preguntamos a los chicos a quiénes le pidieron ser su novio o novia en el juego, levantan la mano absolutamente todas y todos. Esto quiere decir que hoy el delincuente sexual va encontrando métodos para ir surfeando las barreras que las propias empresas, a través de los mecanismos de inteligencia artificial o de algoritmos, ponen para poder detenerlos.
–¿Cuál es el peligro que más afecta a los adolescentes hoy?
-El sexting es una de las problemáticas que estamos mirando con mucha preocupación. Desde “Grooming Argentina” detectamos que, de 2200 adolescentes de entre 14 y 17 años consultados, cuatro de diez lo practican. Esto conduce a la vulneración de derechos y también a alimentar la industria de la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes, justamente porque enviar fotos o vídeos podría generar la viralización.
-¿Toman precauciones?
-Toman mínimas precauciones porque creen que alcanza con taparse la cara o esfumar el fondo del cuarto, cuando en realidad los testimonios de chicos o chicas que cuentan que su contenido íntimo se viralizó no tienen que ver con el señalamiento a un amigo o familiar, sino con el mero hecho de saber que en la imagen están ellos, más allá de que nadie los reconozca. Con eso ya alcanza para entrar en el terreno de la victimización y todo lo que eso genera.
-¿Tendría que dictarse educación digital en las escuelas, del mismo modo en que se lucha para lograr que se imparta la Educación Sexual Integral?
-Hoy los niños, niñas y adolescentes tienen más conocimiento que los docentes en materia de competencia digital. Esto es algo peligroso que debemos reformular y corregir, porque no solamente los chicos y las chicas no conocen acerca de ese lado B relacionado con las violencias, sino que esa disociación entre los conocimientos hace que cada vez estemos más lejos de acortar la brecha digital que existe entre una población y otra. Hoy vemos un puente roto entre el mundo adulto y el los niños, niñas y adolescentes, debemos construir ese puente mediante información y formación proactiva en los distintos niveles de educación. Pero nada de eso está pasando; de hecho, la educación digital no forma parte de educación formal en la argentina y la ESI, que podría ser un buen eje y un buen marco para introducir este tipo de situaciones, lamentablemente no se aplica.
–En la Argentina existen leyes contra el grooming. ¿Son efectivas?
–Existen dos leyes, pero presentan diferentes problemas: la ley 26.904 establece una pena de 6 meses a 4 años de prisión, la cual es casi simbólica porque es el mismo tiempo que cumple una persona que emite un cheque sin fondos. Por otra parte, está la ley 27.590, apodada “Ley Mica Ortega”, que se focaliza en la prevención y concientización acerca del grooming y se promulgó en octubre de 2020, pero no tuvo una repercusión masiva.