Por Leyla D’Elía
“Periodismo ciudadano o participativo es cuando las personas, antes conocidas como audiencia, utilizan herramientas periodísticas que tienen a su alcance para informarse entre ellos”, define la periodista española Paula Gonzalo al fenómeno que, a principios del siglo, se hizo notar mucho con la explosión de las nuevas tecnologías de la comunicación.
Gonzalo, periodista del portal Periodismo Ciudadano, es además coautora del libro “Periodismo Ciudadano: Evolución Positiva de la Comunicación” en el que, junto a Oscar Espiritusanto y a lo largo de 185 páginas, cuenta la historia de esta tendencia.
En 2021 publicó su primera novela infantil, “Tex Patton y la isla de plástico”, en el que busca generar conciencia sobre la contaminación de los océanos por el uso de plásticos. Durante enero de 2022 realizó una gira para presentar el libro en diferentes partes de España, donde ya vendió miles de ejemplares, así como también en diferentes países.
Apasionada por su trabajo, suele publicar artículos sobre temas variados, aunque el que más desarrolla es la participación de los ciudadanos en el periodismo. “Quiero demostrar que los civiles y su información son claves para entender cómo realmente pasaron las cosas”, sentencia.
–Uno de los debates sobre el periodismo ciudadano es que genera mucha desinformación y noticias falsas. ¿Es realmente así?
–Las fake news no tienen nada que ver con el periodismo ciudadano, ni el periodismo ciudadano con la creación de fake news. No debemos confundir periodismo ciudadano con participación en redes o desinformación. Dar tu opinión o subir un vídeo a un red social no es periodismo ciudadano; para serlo, el contenido debe tener un valor informativo real y ser información veraz. Acá es donde entra el trabajo del periodismo tradicional, ya que son ellos los que tienen que chequear esas noticias y ver si son verdad. Es como un trabajo en equipo entre ciudadanos y profesionales. Además, en mi opinión los principales creadores de este problema y de la desinformación son las grandes corporaciones que se benefician a raíz de esto.
–Podríamos decir que el periodismo ciudadano empieza con las nuevas tecnologías y el nacimiento de las redes sociales. ¿Hay un momento preciso donde se podría afirmar: “Acá empezó”?
-Sí, en 1999, cuando da sus primeros pasos en el panorama de la comunicación en línea el movimiento Indymedia, The Independent Media Center, también conocido como IMC. Anticipándose a lo que serían los medios ciudadanos, Indymedia establece una red global de periodistas cuya misión es informar sobre temas de contenido político o social, desde diferentes países de todo el mundo. Esta red global de medios introdujo una particularidad de especial importancia: contar con la participación ciudadana, por lo que fue la primera vez que se pudo ver un modelo de publicación de contenido realmente democrático y abierto. Indymedia se creó para informar sobre las protestas contra una reunión que se hizo en Washington, y después quedó y se extendió rápidamente. En poco tiempo había 89 sitios web cubriendo 31 países, y así cada año.
–Hay una especie de grieta entre los que están a favor y en contra. ¿Cuáles serían las cuestiones más negativas de este periodismo?
-Yo no le encuentro ninguna desventaja. Todo lo contrario, es una nueva herramienta para la comunicación y la colaboración. En contextos de especial urgencia, como atentados, desastres naturales o crisis, nos permite obtener información inmediata de los testigos presenciales desde el lugar de los hechos, ya que con sólo un celular se puede mostrar lo que está pasando, hasta transmitirlo en vivo. Es un complemento de gran valor para los medios tradicionales, que pueden contar con corresponsales en todo el mundo para dar testimonio de un acontecimiento concreto, como lo vimos en la guerra de Ucrania. Además, permitió denunciar violaciones de los derechos humanos por todo el mundo.
-¿Cómo ves el futuro del periodismo en este contexto?
-Creo que vivimos en el mejor momento para el periodismo. Tenemos más facilidades que nunca para crear medios independientes, veraces y alternativos con una inversión económica muy pequeña. Contamos con una audiencia global para generar audiencia que participe, pero es necesario dar a conocer ciertas pautas básicas de verificación de la información y saber que no podemos, ni debemos, creernos todo lo que leamos. Tenemos la obligación de ser más críticos que nunca frente a la información, y en esas labores debemos formar a nuestra audiencia. El periodismo ciudadano es una evolución positiva de la comunicación y no vino a terminar con el tradicional.