Por Joaquín Escolar

El Líder Supremo de la República Islámica de Irán, Ali Khamenei, reapareció esta mañana en público participando de la festividad de Arbaìn, una de las más importantes del Chiismo, que conmemora el martirio del nieto del profeta Mahoma. Es su regreso tras ser intervenido quirúrgicamente por una obstrucción intestinal.

La oficina del ayatolá subió un video y una serie de fotos de Khamenei vestido de negro y con su ya habitual barbijo celeste, que usa desde el comienzo de la pandemia de Covid-19. “Las noticias de mi muerte fueron exageradas”, declaró el Líder Supremo a sus discípulos.

Según fuentes cercanas al clérigo, Khamenei comenzó a sufrir fuertes dolores de estómago y fiebre alta la semana anterior, y luego fue operado por una obstrucción intestinal. Los doctores que lo monitorearon las 24 horas estaban preocupados por su recuperación, ya que no tenía fuerzas ni para sentarse.

Esta operación despertó incertidumbre en la población iraní sobre la posible sucesión de su puesto. En caso de fallecimiento, el nuevo líder será seleccionado por una asamblea de 88 clérigos que conforman la Asamblea de Expertos, que son elegidos cada ocho años por los iraníes, pero que antes son seleccionados por el Consejo Guardián conformado a dedo por el ayatolá.

Una vez seleccionado el nuevo Líder Supremo, puede estar de por vida o hasta que sea destituido por la Asamblea de Expertos. Según la Constitución, el líder debe ser un ayatola, una figura religiosa, pero cuando Khamenei asumió no lo era, por lo que se cambiaron las leyes para habilitarlo.

En caso de que haya un lapso donde no gobierne ningún ayatolá, los deberes políticos pasarán a manos del Presidente, en este caso Ebrahim Raisi, el Jefe del Poder Judicial y uno de los jurisprudentes del Consejo de Guardianes, organismo que aprueba los candidatos a presidentes.

Edición: Shannon Prickett