Por Antonela Álvarez Dazzi

Pasan los años, el mundo cambia y Carlos Gardel sigue siendo un gran referente para las nuevas generaciones de artistas y para los amantes del tango a nivel mundial. Su música sigue sonando en milongas, teatros y radios de todo el mundo, manteniendo viva la esencia del género. Además, todos los años se organizan homenajes para recordar su nacimiento o su muerte.

Gardel murió a los 44 años, el 24 de junio de 1935, en Medellín, Colombia, cuando el avión en el que viajaba tuvo un desperfecto en la pista y chocó con otro durante el despegue. En el accidente también murieron su letrista Alfredo Le Pera, los guitarristas Ángel Riverol y Guillermo Barbieri, José Corpas Moreno, que oficiaba como técnico de sonido, y el agente de prensa Alfredo Azzaff. Su secretario, José Plaja, y el guitarrista José María Aguilar viajaban también en el avión y sobrevivieron. 

Mientras vivió, “El Zorzal Criollo” se convirtió en una figura emblemática dentro y fuera de Argentina, país al cual llegó con dos años y medio y cuya nacionalidad adoptó en 1923. Aunque durante mucho tiempo su lugar de nacimiento fue un misterio, luego de varias investigaciones se comprobó que había llegado al mundo en Toulouse, Francia, en 1890. Creció entre los barrios de Almagro y Balvanera, donde se ganó el apodo de “Morocho del Abasto”, cuando comenzaba a ser reconocido por su canto.

Rompió varios récords: protagonizó nueve películas en castellano en Europa y Estados Unidos, cuando aún no existían los subtítulos y el doblaje, grabó más de 1500 canciones y publicó 900, no sólo tangos sino de otros estilos musicales, como milongas y rancheras, que le dieron reconocimiento mundial y alcanzaron grandes ventas. Varias de las composiciones que hizo famosas fueron reversionadas por reconocidos artistas, desde Luis Miguel interpretando “El día que me quieras” hasta Horacio Lavandera conMi Buenos Aires querido”. También aparecieron en películas: en Perfume de Mujer, Al Pacino baila al ritmo de una versión instrumental de “Por una cabeza”, y la actriz española Penélope Cruz canta “Volver” en la película del mismo nombre que dirigió Pedro Almodóvar.

Su muerte generó conmoción en todo el mundo y, desde entonces, se homenajean su vida y su obra. Tanto Buenos Aires como Toulouse, celebran su propio día de Carlos Gardel, además de conmemorar el día del tango en la fecha de su nacimiento, el 11 de diciembre. Además, cada 24 de junio se celebra en la Argentina el “Día del Cantor Nacional”, proclamado por la ley 23.976, de 1991. Su velatorio fue el 5 de febrero de 1936 en el estadio Luna Park, donde se acercaron más de 40 mil personas. Ese día, la palabra que más se escuchó fue: “Gracias.

Gardel, despedido por una multitud.

En el año 2000, Gardel fue incluido póstumamente en el Salón de la Fama de la Música Latina Internacional y en 2014 su nombre se incorporó en el Salón de la Fama de los Compositores Latinos. En 2016, la Dirección General de Museos de la Ciudad de Buenos Aires reacondicionó la casa en la que el cantante había vivido con su madre durante seis años, en Jean Jaurès 735, y la convirtió en el Museo Casa Carlos Gardel, donde se exhiben algunos objetos originales y fotografías, y una copia autenticada de la partida de nacimiento del cantor, que cedió la Municipalidad de Toulouse en Francia.

La casa donde Gardel vivió con su madre, hoy reconvertida en museo.

El mismo museo ha creado una lista de reproducción colaborativa en Spotify, en la que pueden añadirse las mejores versiones que otros artistas hicieron de las canciones del astro del tango. En 2020, el sello discográfico Pop Art Discos organizó un concierto en línea en YouTube en el que cantantes de otros géneros, como el argentino-estadounidense Kevin Johansen, el colombiano Esteman o el brasileño Moreno Veloso, interpretaron sus letras.

En mayo, el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires presentó la muestra “Tesoros del Zorzal”, donde se exhiben fotografías, documentos, baúles y objetos de sus viajes por el mundo. También hay documentación que pertenecía al cantor José Razzano, al compositor Salvador Mérico y al periodista Luis Angel Formento; diarios originales de la época y fotos de la colección personal de Ángel Olivieri. El museo fue reformado por la Dirección General de Museos para su reconversión a patrimonio cultural de la obra del músico y actor. Además, ofrece un recorrido por la vida porteña en la época en la que vivía Gardel. El año pasado, el diputado nacional Leandro Santoro presentó el proyecto de ley para crear el “Museo Nacional del Tango Carlos Gardel”.

Las propuestas museográficas alrededor de su figura no se limitan a la Argentina: en Salto, Uruguay, se armó una suerte de museo en la habitación 32 del Gran Hotel Concordia, donde el artista se alojó dos días de octubre de 1933. La leyenda popular dice que su espíritu sigue rondando el lugar.

Su vida también es material para proyectos audiovisuales. El director Luis Ortega y el periodista Rodolfo Palacios ya están trabajando en una serie biográfica inspirada en textos de Felipe Pigna.

Hoy, Gardel no es sólo reconocido y recordado por su música sino también por su vida y su personalidad. Su legado fue transmitido de generación en generación, lo que posibilitó que los abuelos pudieran disfrutarlo con sus nietos. A casi un siglo de su muerte, sigue siendo una leyenda de la música argentina y un embajador del tango en el mundo entero. Sin duda, su música y su carisma han trascendido el tiempo y se mantienen vivos en el corazón de aquellos que aprecian su arte y lo seguirán haciendo.

Editora: Maitena Luquet