Por Antonia Folatti y Agustina Ponce

El Abasto es una de las áreas más concurridas de Balvanera, con miles de personas que recorren sus calles a diario. Pero cómo olvidarse del cantor Carlos Gardel, que las caminó en las primeras décadas del siglo XX. A pesar de haber nacido en Francia, también tuvo la nacionalidad argentina, ya que vivió su infancia y adolescencia en casas humildes y conventillos de este barrio. La zona enamoró al Zorzal Criollo y allí fueron sus comienzos en el tango. Gracias a lo que ganó en su carrera como cantor y a un crédito del Banco Nación logró comprar una casa en el barrio, donde posteriormente vivió junto a su madre, Berta Gardés. Ubicada en Jean Jaures 735, es reconocible desde la vereda por sus murales. La propiedad tenía originalmente una única planta, pero luego le hicieron un segundo piso.

El Museo Casa Carlos Gardel cuenta con cuatro habitaciones. Al ingresar, a la derecha está el cuarto con la vitrola que usaba el cantor para escuchar sus canciones. También, el piano sobre el que se inspiraba para componer y las cartas encuadradas que le escribía a su madre. En el salón de al lado hay auriculares para seleccionar y escuchar algunos de sus éxitos. También partituras y un listado de todas las canciones que interpretó. En el siguiente, se reproduce un video del traslado de sus restos al cementerio de Chacarita luego del velatorio en el estadio Luna Park. Llegando al final del recorrido, hay fotos de los posters de las películas en las que participó.

Para 1929, el Zorzal Criollo pasaba ya mucho tiempo de viaje por sus giras y shows, entonces le sugirió a su madre que se mudara a la casa de su amiga Anaïs Beaux y su esposo, Fortunato Muñiz. La icónica casa, entonces, quedó en manos de su representante.

Gardel falleció en 1935, a los 44 años, en un accidente aéreo en Medellín, Colombia. Años después de la muerte de su madre, en 1943, la casa de la calle Jean Jaures fue comprada por el empresario y filántropo argentino Eduardo Eurnekian con la intención de convertirla en un museo. Sin embargo, en 1997 el gobierno argentino la declaró Lugar Histórico Nacional, por lo que Eurnekian decidió pausar el proyecto. Luego de los reclamos y la insistencia por parte de los fanáticos, en 2000 donó la casa al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, encargado luego de realizar las restauraciones correspondientes.

La puesta en valor de la propiedad empezó en 2002 con fondos donados por el empresario. El 4 de marzo de 2003 se inauguró la Casa Museo con la exhibición de objetos personales y muebles del tanguero, y en 2016 se agregaron fotografías y documentos originales, como una copia autenticada de su partida de nacimiento -que cedió la Municipalidad de Toulouse, Francia- y el testamento ológrafo que donó el Museo Notarial del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires. Actualmente, la Casa Museo es un atractivo turístico y está abierto al público.