Por Agustina Cabello y Martina Sánchez Vera

En el mundo solo existen ocho esculturas originales de El Pensador, realizadas por el padre de la escultura moderna, François Auguste René Rodin. Una de ellas está a metros del Congreso Nacional, en la Plaza Mariano Moreno (Avenida de Mayo e Hipólito Yrigoyen), y pasa bastante inadvertida.

Esta obra de 1,90 metros está hecha en bronce sobre una base de mampostería y presenta a un hombre desnudo sentado en actitud pensante. La escultura está cercada por una reja y, para poder apreciarla, es necesario levantar la vista. No solo es poco visible por su altura, sino porque en la plaza donde se encuentra y en la aledaña, Plaza de los Dos Congresos, hay otras esculturas con un estilo similar, de mayor tamaño y ubicadas a la altura de los ojos.

El Pensador está frente a un mástil con la bandera argentina y de espaldas al Congreso Nacional y a un altar de la Virgen de Luján. No son pocos los que creen que atiende a la Patria, pero excluye al Estado y al catolicismo.

La obra llegó directamente desde París en noviembre de 1907, veinticinco años después de la creación de la primera pieza. Desde 1991 es considerada Monumento Histórico Nacional, en el marco de la Ley Nº 12.665, y pertenece al Patrimonio Cultural de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, de acuerdo con la Ley Nº 1.227.

Otra de las obras originales está en el Museo Rodin de París. Se desconoce el destino de muchas otras porque fueron vendidas a privados. Además, hubo copias hechas con el molde original y en muchos casos no es posible distinguir si fueron o no hechas por Rodin. La que posiblemente sea la escultura más célebre del francés forma parte de La puerta del infierno, un grupo escultórico monumental inspirado en La divina comedia, del poeta italiano Dante Alighieri. De hecho, el primer nombre de la obra fue El Poeta.