Por Milagros Bullón y Pedro Maldonado
“A ver si aceleramos con la democracia que esto es un papelón”, le dijo Charly García a Fito Páez en la grabación de Piano Bar en 1984. Un año antes, Clics modernos había sido un agujero cultural que García abrió en el estructurado, gris y oscuro muro que fue la dictadura militar; el disparador en el florecer de una nueva juventud que soñaba con algo distinto. La portada de todos esos sueños era Charly fumando, sentado detrás de un grafiti en una esquina de Nueva York.
El 5 de noviembre de 1983 salió a la venta Clics modernos, el segundo álbum de estudio de Charly García solista. El disco emblema del retorno a la democracia se impuso en la escena del rock argentino como un sonido alternativo y novedoso: “A Clics lo aceleramos un poquito para que ganara brillo”, definió Charly. Ya no se encontraba solo, como en su anterior disco Pubis angelical, sino que estaba junto a músicos que se harían fuertes en la escena del rock nacional, como Fito Páez, el “Zorrito” Von Quintiero y Fabiana Cantilo.
¿CÓMO SE GRABÓ?
El disco se produjo en Nueva York, en los Electric Lady Studios donde también grabaron Led Zeppelin, The Clash, David Bowie y Jimi Hendrix. Aunque no estaba en los planes de Charly grabar un álbum, la esencia de la ciudad y su gente lo llevaron a pensar que sería una buena idea experimentar, hacer música allá. A diferencia de sus trabajos anteriores, el mayor aliado de Charly en el estudio no fue una banda sino la caja de ritmos TR-808 bautizada por él mismo como “Rucci”, en referencia al dirigente sindical argentino asesinado en 1973. Esta caja de ritmos, que había aparecido en escena en 1981, fue una de las piezas clave para dar ese toque moderno y distintivo a las canciones del álbum.
Del disco también participaron Pedro Aznar en el bajo y el reconocido ingeniero musical estadounidense Joe Blaney, que tenía antecedentes produciendo para grandes bandas de rock de la época como Ramones y The Clash. Blaney luego trabajaría con otros artistas y bandas de rock hispanas como No Te Va Gustar, Los Rodríguez y Andrés Calamaro.
LAS LETRAS
Además del sonido, las letras del disco tenían un tinte revolucionario. Canciones como “Los dinosaurios”, “Nos siguen pegando abajo” o “Plateado sobre plateado (Huellas en el mar)” hacían referencia crítica a los años de la dictadura militar que estaba en retirada. “Plateado…” sería censurado y casi ningún artista se animaría a interpretarlo por miedo a las consecuencias. A su vez, en Clics modernos se incorporaron temas tabú para la época, como la sexualidad, la diversidad de género y las críticas sociales.
LOS DINOSAURIOS
La séptima canción, “Los dinosaurios”, es una de las más famosas del disco. En el inconsciente colectivo es la bandera musical de la lucha por los derechos humanos que protagonizaron las Madres de Plaza de Mayo. En ella, Charly cuenta que no está tranquilo porque “Los amigos del barrio pueden desaparecer/ Los cantores de radio pueden desaparecer/ Los que están en los diarios pueden desaparecer/ La persona que amas puede desaparecer”. Narra la pesadilla en la que se encontró la Argentina desde 1976 hasta 1983: tomada por el poder militar que desapareció a 30 mil personas. Esta canción es de las pocas del disco en las que García usa solo el piano y su voz porque quiso dar un mensaje claro, sin añadiduras ni detalles.
Hay un elemento interesante que rodea a “Los dinosaurios”: Charly no escribió la canción pensando en los desaparecidos, como sí ocurrió en “Plateado sobre plateado” donde habla de los exiliados. Fue el mismo pueblo el que resignificó la canción, la hizo parte de su historia y de su memoria. Por supuesto el autor aceptó el destino de “Los dinosaurios” y ahora pertenece a los argentinos: “Las canciones no son de nadie”, le dijo Charly al músico Leandro Serodino, quien contó la anécdota a través de su cuenta de Tik Tok @simioteca.
No es casual que el disco haya sido producido en Nueva York. El clima represivo que inundaba a América latina hubiera modificado el mundo creativo de García. La falta de tecnología y la rareza conceptual del disco también habrían sido un freno en la realización de Clics modernos.
El aterrizaje de Clics… en la Argentina de la transición trajo algo que se necesitaba: modernización. Los nuevos ritmos, orquestados por la “Rucci”, refrescaron no solo la música nacional sino también el estilo melódico de García y a toda la población argentina que sintió un gran alivio al bailar canciones como “Nos siguen pegando abajo”, “Nuevos trapos”, “Bancate ese defecto” o “No me dejan salir”.
Así, el álbum convive con lo novedoso, con la protesta, es divertido pero no deja de señalar lo que está mal. “Y aunque cambiemos de color las trincheras/ Y aunque cambiemos de lugar las banderas /Siempre es como la primera vez”, canta García en “Nuevos trapos”, sobre la guerra de Malvinas.
Incluso antes de la democracia, en plena dictadura, con La Máquina de Hacer Pájaros, Charly ya había marcado el camino testimonial. En “Hiper candombe”, como muchos jóvenes de la época más negra del país, se tapaban la cara “como si tuvieran frío”, pero era en realidad “para escapar de algún lío”. En otra de las canciones de La Máquina… se advertía: “¿Cómo te puedes reír… cuando forzaste mi mente. Cómo te puedes reír… cuando mataste a mi gente” por “probar el vino y la mermelada?”.