Por Galo Vekstein
Hecatombe. Con esa palabra numerosos medios definieron el estado del Partido Demócrata tras la actuación de su candidato y presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, en el debate de cara a las elecciones del 5 de noviembre contra el exmandatario Donald Trump.
Acompañado por su esposa Jill, Biden expresó ayer en un nuevo acto de campaña que si bien ya no camina y debate como antes, sí sabe decir la verdad. En ese contexto se mostró confiado de sus capacidades para mejorar su actuación del jueves y lograr la ansiada reelección, a pesar de los rumores que sugieren el armado de una decorosa bajada de su candidatura.
En las últimas horas circularon nombres como Kamala Harris, histórica dirigente del partido y actual vicepresidenta de los Estados Unidos; Gretchen Whitmer, gobernadora de Michigan, que antes de asumir penduló en diferentes cargos locales del estado norteño, y, con menos fuerza, el progresista Gavin Newsom, gobernador de California y exalcalde de la ciudad de San Francisco.
Hoy por la mañana fue Barack Obama quien en un intento por fortalecer la imagen de quien supo ser su vicepresidente y disipar las ilusiones de militantes que veían como factible una candidatura de urgencia de su esposa Michelle tuiteó en apoyo a Biden y ratificó al candidato.
Consultado desde la redacción de Publicable por la actualidad política estadounidense, el economista Tomás Abud sostuvo: “No lo van a reemplazar porque a esta altura del proceso electoral ya es muy tarde y porque tampoco nadie con posibilidades a futuro de ganar se va a querer inmolar por esta elección”. Frente a la pregunta de si al día de hoy puede ganar, opinó que “las chances son escasas, ni las propias consultoras y medios a fines le dan más de un 20 por ciento de posibilidades de salir victorioso“.
Edición: Victoria Belén Rodríguez