Por Mía Yelpez
En mayo, la plataforma Amazon Prime estrenó la película Nahir, una versión controvertida sobre uno de los asesinatos más impactantes de Argentina: el de Fernando Pastorizzo, cometido por su novia Nahir Galarza, de 19 años, la mujer más joven en recibir una condena a prisión perpetua en el país.
Nahir Mariana Galarza asesinó de dos disparos a su novio Fernando Pastorizzo el 29 de diciembre de 2017 en una calle de Gualeguaychú, Entre Ríos. Esto se dio por probado en la sentencia a cadena perpetua. La película no pretende ser una recreación minuciosa de los hechos plasmados en la sentencia judicial, sino una versión libre que intenta demostrar cómo las relaciones tóxicas pueden terminar en tragedia. Para eso, modifica algunas circunstancias, incluidos los motivos que llevaron a Nahir a cometer el crimen.
Durante el proceso judicial, Nahir dio cuatro versiones de lo sucedido, y algunas de ellas están reflejadas en la película. Luego de cometer el crimen, ella volvió a su casa. A las 10 del 29 de diciembre fue citada por la Justicia para brindar una primera declaración testimonial, sin imputación alguna, solo porque había sido la última persona en estar con Fernando. En ese momento aseguró que lo había visto porque ella se había olvidado un celular en su casa y lo fue a buscar. Negó haber compartido más tiempo con él, pero luego dijo lo contrario.
Para la Justicia, la única vez que Nahir dijo la verdad fue ese mismo 29 de diciembre a las 23, cuando junto con su padre, el policía Marcelo Galarza, y un abogado decidió ir a la Fiscalía a entregarse y confesar la autoría del crimen. Esa noche, dijo: “Yo lo maté”. Contó que primero fue a la casa de los Pastorizzo a buscar el cargador de su celular, para luego ir con Fernando en moto hasta su casa. Una vez ahí, tuvieron relaciones sexuales. Luego, ella le pidió a Fernando que la llevara en moto a la casa de su abuela; antes de salir tomó a escondidas el arma reglamentaria de su padre policía, que estaba en la mesada y la ocultó en su campera. Antes de llegar a destino, lo mató.
Luego de esa segunda declaración, Nahir le demostró al fiscal que sabía usar un arma a la perfección. Tenía conocimientos de cómo montarla y desmontarla. Pero todavía quedaban dos cambios más en su relato de los hechos.
En junio de 2018, durante el juicio, Nahir utilizó su derecho a defenderse para contar que en realidad había sido Fernando quien tomó el arma de manera amenazante y que, una vez en la moto, ella logró sacársela. Fue entonces cuando se le “escapó” el primer disparo. Aseguró que se sentía aturdida al momento del segundo balazo, que se produjo de manera precisa y a una distancia menor a los veinte centímetros. Los jueces no creyeron esta versión y Nahir fue condenada a prisión perpetua por homicidio.
En 2022, denunció en la Fiscalía que su padre había matado a Fernando. Dijo que cuando estaban en su casa, ella y Fernando discutieron, él los escuchó y decidió seguirlos con su auto mientras ellos iban en la moto. Luego, los interceptó, le sacó el arma a Fernando y lo mató. Esta versión fue descartada por la Justicia. Todas las versiones están reflejadas en la película con mayor o menor precisión.
En el guion de la película hay errores y omisiones. En la ficción, Nahir, luego de asesinar a Fernando, regresa a su casa tranquilamente y sin que nadie la vea. No fue así como sucedió en la realidad. Un vecino y conocido de Nahir que declaró en el juicio dijo que la vio esa noche y que ella “tenía una risa” que le llamó “mucho la atención en su momento porque nunca la había visto así; y tenía algo en la mano”. A lo largo de toda la película se lo muestra a Fernando, antes dal crimen, en la casa de los Galarza, manipulando y “jugando” con el arma reglamentaria del padre de Nahir. Pero según diferentes testigos, Pastorizzo “nunca manejó armas e, incluso, les tenía miedo”.
Otro punto importante tiene que ver con el penal donde Nahir cumple su condena, en la ciudad de Paraná. En la película, se muestra una cárcel con muchas guardias, celdas con barrotes y grandes puertas. Sin embargo, el penal de mujeres en Paraná es mucho más austero. La entrada cuenta con una discreta vigilancia, las reclusas tienen un patio donde pasar el día y las penitenciarias no son muchas. Se asemeja más a una escuela en mal estado que a la cárcel recreada.
Por último, en muchas partes de la película, Pastorizzo es mostrado como una persona violenta, lo que sugiere que entre ellos existía una relación tóxica: se dejaban de hablar por un tiempo, luego volvían a hacerlo, se bloqueaban mutuamente los celulares y en otros momentos se hacían cientos de llamadas por día. Sin embargo, en el juicio no quedó probado que la víctima haya tenido comportamientos violentos con su novia. De hecho, Nahir y su amiga Sol, cuatro días antes del crimen, atacaron a Fernando en una discoteca y lo dejaron malherido al golpear su cabeza varias veces contra la pared.
Nahir Galarza recibió 50 mil dólares por ceder los derechos de su historia. El acuerdo económico fue manejado por la familia Galarza. Los padres de la víctima no tuvieron ninguna participación.
Luego del estreno de la película, Gustavo Pastorizzo, el padre de Fernando, aseguró: “Es un mamarracho, le queda grande decirle película”. Dijo que Nahir “es una psicópata”. Si bien la familia de Fernando siempre se mantuvo al margen de las repercusiones mediáticas, la versión cinematográfica sobre el asesinato de su hijo los llevó a decir públicamente que “en la Argentina la violencia de género existe si el hombre maltrata a la mujer”, pero “hay mucha violencia de la mujer y del hombre. No solo es el caso de mi hijo. Pueden ser violentos tanto ellos como ellas”.