Por Iván Sierkovich
El huracán Milton dejó hasta ahora al menos nueve personas muertas, luego de llegar a Florida, Estados Unidos, en la noche de este miércoles. Además de las víctimas fatales, hay alrededor de 3 millones de personas sin energía eléctrica.
Milton es el tercer huracán que golpea al estado de Florida, Estados Unidos, en esta temporada que inicia cada año el primer día de junio. Sin embargo, este huracán llega con la particularidad de ser el más fuerte en décadas y hace su aparición luego de apenas dos semanas de su antecesor, Helen, que dejó más de 200 muertos y más de 600 desaparecidos y fue el más mortífero desde Katrina, en 2005.
En este escenario tocó tierra Milton que, en sólo 47 horas, pasó de ser una tormenta tropical con vientos que no llegaban a los 70 kilómetros por hora a un huracán de categoría 5 (la más alta en la escala de vientos de huracanes Saffir-Simpson), aunque cuando finalmente golpeó en la bahía de Tampa bajó a categoría 3, con vientos que superan los 160 km/h.
A pesar de haber disminuido su poder de destrucción, no deja de ser una situación de extrema alerta para los ciudadanos y turistas de San Petersburg, Sarasota, Tampa, Fort Myeres, Daytona Beach y Orlando, que estuvieron en constantes preparativos durante los días previos a la llegada de Milton, ante cada actualización sobre su creciente potencial destructivo. Es que no sólo su aparición fue abrupta tanto para los meteorólogos como para la población, sino que se preveía que su potencia superaría a la de Helen, que hace dos semanas arrasó principalmente a San Petersburg y Sarasota, dos localidades que aún no pudieron recuperarse.
Tampa, una de las ciudades más importantes que sufre las consecuencias climatológicas y que cuenta con múltiples vecindarios evacuados, reportó inundaciones repentinas. Estos hechos coinciden con las declaraciones de la alcaldesa Jane Castor, que el martes 8 de octubre, luego de conocerse el incremento de la violencia del huracán, en conferencia de prensa con medios locales, advirtió: “Si deciden quedarse en una de esas zonas de evacuación, van a morir. Si una marejada ciclónica entra en la bahía de Tampa, no tiene adónde ir. Llegará a nuestros vecindarios”. Las marejadas ciclónicas de las que habló la alcaldesa son uno de los peligros principales del huracán, y podrían alcanzar olas de hasta 15 metros.
Sobre los servicios que afecta el fenómeno natural, a las 2 de la madrugada local se confirmó que San Petersburg había sufrido un corte total de agua potable y en todo el estado de Florida se reporta que al menos 3 millones de personas están sin energía eléctrica. Ambos suministros podrían tardar varios días en restablecerse.
Tanto al norte del estado, en Jacksonville, como al sur, en Miami, se esperan climas adversos aunque de menor repercusión. En Jacksonville se preveen vientos cercanos a los 70 km/h y permanece activa la alerta de tornados, al igual que en el resto de las zonas por las que se trasladó el huracán. En el caso de Miami, se espera una tormenta tropical, que dejaría inundaciones de 3 a 5 centímetros. El pico de alertas alcanzó las 152 y hubo 30 tornados confirmados.