Por Inti Camjalli y Bianca Salvatore

El domingo 29 de septiembre se observó un fenómeno astronómico llamado “miniluna”, un asteroide de diez metros de largo bautizado como 2024 PT5 que orbitará alrededor de la Tierra durante 57 días, hasta el 25 de noviembre. El cuerpo no será visible por el ojo humano. 

Es correcto llamarlo miniluna, es un asteroide cercano a la Tierra, la sigla en inglés es NEO (Near-Earth Object, Objeto Cercano a la Tierra), porque son objetos cuya órbita es muy cercana a la terrestre y tienen cierta probabilidad de colisionar con la Tierra, por eso se los sigue”, explica Romina Paula Di Sisto, doctora y licenciada en astronomía especializada en ciencia planetaria.

El objeto fue detectado por primera vez el 7 de agosto de este año a través del Sistema de Último Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS) y, según la investigación de los astrónomos, proviene del cinturón de asteroides de Arjuna, un grupo de rocas espaciales que comparten una órbita muy similar a la de la Tierra y que durante su trayecto tan cercano al planeta pueden quedarse atrapados en nuestra órbita. 

Octavio Miguel Guilera, doctor en astronomía e investigador del CONICET en el Observatorio de La Plata, explica: “Entre la órbita de Marte y la de Saturno hay un cinturón de asteroides que es remanente de la formación del sistema solar. Se cree que cuando Júpiter se formó inhibió que se formara otro planeta entre sus órbitas”. 

Cálculo de la posición del asteroide 2024 PT5 alrededor de la Tierra cuando es capturado temporalmente y se convierte en una miniluna.

La causa de la eyección de estos objetos alrededor de la Tierra son perturbaciones gravitatorias provocadas por el Sol. Una vez que 2024 PT5 haya cumplido su papel de miniluna, volverá a su órbita original. “Al tener la órbita cercana a la de la Tierra puede acercarse a nuestro planeta y tiene cierta probabilidad de ser capturada. Las minilunas giran alrededor del Sol, pero cuando pasan por la Tierra nuestro campo gravitatorio los perturba y la órbita, temporariamente, pasa a ser alrededor de la Tierra, entonces en ese caso se considera una nueva luna”, detalla Di Sisto.

Existen dos tipos de minilunas. Los primeros son episodios largos en los que el asteroide completa una o más revoluciones alrededor de nuestro planeta; estos casos gravitatorios duran uno o más años. El segundo tipo de episodios son las capturas cortas, en las que el pequeño asteroide no completa una vuelta a la Tierra. Estas capturas temporales pueden durar sólo días, semanas o incluso algunos meses. El caso actual se trata de una captura corta. Otros ejemplos del mismo fenómeno son los asteroides 1991 VG y 2022 NX1. En cuanto a las capturas largas, se registraron los cuerpos 2006 RH120 y 2020 CD3.

Los episodios breves de miniluna como el actual, en los que un pequeño cuerpo adquiere energía geocéntrica negativa durante semanas o unos meses, son relativamente frecuentes y se producen varios por década. En cambio, los episodios de captura prolongada son raros y la Tierra experimenta uno cada diez o veinte años, aproximadamente.

El tamaño y peso de los cuerpos que entran en la órbita de la Tierra son muy variables, así como el tiempo hasta que se desvíen de nuevo. Guilera explica que esos cuerpos se estudian y observan principalmente por precaución: “Este asteroide es de 10 metros, pero los NEO pueden ser de kilómetros, también. El problema es que si alguno de ellos efectivamente choca con la Tierra puede generar un evento de destrucción masiva”.

El investigador da el ejemplo de Tunguska, que fue una gran explosión cerca del río Podkamennaya causada por la caída de un asteroide de 100 metros, en la gobernación de Yeniseysk, Rusia, el 30 de junio de 1908. La explosión fue comparada con 30 bombas atómicas. “También hay intereses de estudiar la composición química de los NEO para la extracción de metales, pero es un plan estimativo porque todavía no hay tecnologías para hacerlo”, agrega. 

A pesar de los cálculos, el proceso para descifrar cuánto tiempo estará un asteroide en la órbita terrestre puede tener fallas. “La captura temporal es un efecto estocástico (NdR: efectos que, de manera aleatoria, pueden suceder o no), no hay una razón física de los momentos en los que suceden, por esa razón no es tan fácil predecir cuánto va a durar o si algún objeto va a ser capturado o no. Cuando uno hace las observaciones se tiene un valor pero con cierto error”, concluye Guilera.