Por Sofía Del Gesso y Fiorella Pontoriero

El pasado martes, Donald Trump se convirtió por segunda vez en el nuevo presidente de Estados Unidos con el 50,6% de votos (301 electores) frente a Kamala Harris, que obtuvo el 47,9% (226). 

Luego de una extensa campaña electoral cargada de promesas sobre la posible mayor deportación de inmigrantes en Estados Unidos, durante la madrugada del miércoles en el estado de Florida, antes de conocer los resultados oficiales de las elecciones, Trump le agradeció a sus seguidores por el apoyo y los votos que lo convertirían en presidente nuevamente. 

Fue con aquel discurso que se manifestó respecto a la cuestión migratoria y aseguró que su gobierno cerrará las fronteras: “Tenemos un país que necesita ayuda y la necesita urgentemente. Vamos a arreglar nuestras fronteras y vamos a arreglar todo sobre nuestro país”. En abril de este año, Trump le había dicho a la revista Time que sus planes de deportación masiva apuntarían a entre 15 millones y 20 millones de personas que, según aseguró, permanecían como indocumentadas en EE.UU. 

Fernando Socol, abogado argentino especializado en inmigración y residente en Estados Unidos desde 1972, explica al respecto: “Lo primero que pasará será que aquellos inmigrantes que entraron por la frontera de manera ilegal en los últimos dos años van a estar sujetos a deportación. También se frenará muchísimo la posibilidad de entrar por la frontera para pedir asilo”. Socol agrega que la “preocupación mayor es de la gente latina y de quienes están de manera irregular en el país porque estarán sujetos a deportación”.

En relación a las promesas de campaña sobre las medidas migratorias, el periodista Ronen Suarc, residente en Estados Unidos, considera que otra de “las principales preocupaciones de los inmigrantes es vivir en armonía y con estabilidad económica”. Agrega que “quieren trabajar sin ninguna limitación y con regulación” ya que muchos inmigrantes lo hacen con documentación falsificada. 

Sin embargo, expertos en el tema dijeron que cualquier camino que elija la futura administración de Trump en materia inmigratoria será complicado y costoso, tanto por los miles de millones de dólares necesarios para financiar la deportación masiva, como por los significativos efectos colaterales que impactarían en la economía de Estados Unidos.

Edición: Ornella Mainetti y Mora Zaballa