Por Sol Vega, Yasmín Cuerchi y Solana Del Barro
Desde el 3 de junio de 2015, cuando miles de mujeres e integrantes de la colectividad LGTBIQ+ inundaron las calles de todo el país para reclamar el fin de los femicidios, cada marcha fue sumando nuevas consignas y visibilizando diversas formas de violencia: económica, institucional, mediática, laboral, sexual. Año tras año, el reclamo creció, se diversificó y se adaptó al contexto social y político, dejando en claro que la lucha feminista también es por justicia, autonomía y una vida digna.
LAS CONSIGNAS, AÑO POR AÑO
2015
La primera gran movilización surgió como respuesta al femicidio de Chiara Páez, una adolescente de 14 años asesinada por su novio en Rufino, Santa Fe, mientras cursaba un embarazo de tres meses. Chiara había decidido continuar con la gestación pese a las presiones de su pareja, que la mató a golpes. El eje de la marcha fue la visibilización de la violencia machista y el reclamo urgente de políticas públicas. En ese entonces, lo primero fue nombrar el problema y exigir presencia en la agenda pública.
2016
La segunda edición sumó la consigna “Vivas Nos Queremos”. Ese año marcó un punto de inflexión: el femicidio de Lucía Pérez en Mar del Plata desató una respuesta inédita. El 19 de octubre se realizó el primer Paro Nacional de Mujeres. Miles interrumpieron sus tareas laborales y de cuidado para gritar: “Si nuestras vidas no valen, produzcan sin nosotras”. También fue una reacción a la represión sufrida en el Encuentro Nacional de Mujeres en Rosario. Inspirado en el paro de mujeres de Polonia, el 19O fue replicado en otros países y sentó las bases para el paro internacional del año siguiente.
2017
Con el lema “Desendeudadas nos queremos”, el movimiento unió la lucha contra la violencia machista con una crítica al modelo económico del gobierno de Mauricio Macri. Se denunció que el endeudamiento estatal y doméstico son una forma de violencia económica que refuerza la pobreza y la falta de autonomía de mujeres y diversidades. La protesta incorporó por primera vez un himno propio, con letra y música de mujeres sindicalistas y feministas, y amplió su enfoque a violencias institucionales, simbólicas, mediáticas y económicas.
2018
En plena “marea verde”, el eje fue la despenalización y legalización del aborto, un debate que atravesó a toda la sociedad y culminó con la aprobación de la ley de IVE en diciembre de 2020.
2019
Año electoral. Reapareció el reclamo “Desendeudadas nos queremos”, junto con la exigencia de declarar la emergencia por violencia de género, aprobar la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) y aplicar de forma efectiva la Educación Sexual Integral (ESI).
2020
La pandemia impidió la movilización en las calles, pero no apagó el reclamo. La consigna fue “Nos sostienen las redes feministas”, en alusión a los lazos de cuidado, militancia y solidaridad construidos por mujeres y diversidades en los territorios. El eje de ese año puso en evidencia cómo la violencia machista se intensificaba con el aislamiento, y cómo las tareas de cuidado –realizadas en su mayoría por mujeres, lesbianas, travestis y trans– seguían sin salario ni reconocimiento. También se denunció que, a pesar de la legalidad del aborto por causales, muchas mujeres aún no podían acceder al derecho, y que las personas trans y travestis seguían muriendo jóvenes, sin techo ni trabajo formal.
2021
Todavía bajo el impacto del covid-19, el 3 de junio volvió a expresarse con fuerza a través de redes sociales y acciones simbólicas. El colectivo convocó a un “cartelazo” con consignas que se colgaron en puertas, ventanas y balcones. El eje fue la exigencia de “Ley de Cupo Laboral Travesti Trans YA”, junto a otros reclamos como la reforma judicial feminista, la implementación de la ESI y presupuesto real para políticas de género.
2022
Bajo la consigna “¡Vivas, libres y desendeudadas nos queremos! El Estado es responsable”, los colectivos feministas presentaron un documento con 41 puntos de reclamo, entre los que se destacaba el pedido de una reforma judicial feminista que garantizara el acceso a la Justicia para mujeres, lesbianas, travestis, trans y personas no binarias, y se reiteró la demanda por el cumplimiento de la ley de interrupción voluntaria del embarazo en todo el país.
2023
La agenda se centró en lo económico: pobreza, trabajo precario, falta de vivienda, cuidados no remunerados. La consigna fue: “Vivas, libres y desendeudadas nos queremos. Con este Poder Judicial no hay NiUnaMenos”.
2024
Frente a los recortes del gobierno de Javier Milei, el feminismo salió a defender derechos conquistados como el aborto legal, la ESI y el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad. Bajo el lema “No es libertad, es violencia patriarcal”, miles se movilizaron para denunciar el ajuste, el desmantelamiento de políticas públicas clave y el crecimiento sostenido de los femicidios. El reclamo también incluyó a la Masacre de Barracas, calificada como lesbicidio, y cuestionó la Ley Bases, por recortar derechos previsionales y ceder soberanía a intereses corporativos.
2025
Hoy, a una década de la primera movilización, NiUnaMenos sigue marchando. Este año junto a jubilados, personas con discapacidad y trabajadores del Hospital Garrahan, el colectivo vuelve a levantar la voz contra el ajuste presupuestario y la violencia patriarcal.