Por Verónica Chiarantano
En una escena de la serie House of Cards, Frank Underwood, el presidente de Estados Unidos, está en la previa de un debate crucial para su carrera política esperando en una sala privada junto con su principal rival. Para distenderse, Underwood le pregunta si juega algún video juego y el candidato le responde que no, pero que su hijo lo ha enganchado con un juego de celular en el que uno empieza siendo un punto pequeño y luego va agrandándose al comerse otros puntos. A medida que se va creciendo en tamaño, le explica, alimentándose de los puntos diminutos, también debe evitar ser comido por otros puntos igual de grandes.
“Se parece un poco a la carrera presidencial”, bromea el presidente.
Frank Underwood no fue el único que pensó la competencia política como un videojuego. También ese fue el caso de Mati Mazzagatti, creador de “Argentina Pelea”, un videojuego para celulares donde los distintos candidatos de las últimas elecciones presidenciales luchan uno contra el otro al mejor estilo Mortal Kombat.
El comienzo de todo fue un video de 58 segundos que Matías subió a su canal de YouTube en el que aparece Mauricio Macri en la apertura de Sesiones Ordinarias del Congreso de marzo de 2019. La particularidad del video es que en lugar de oír las voces originales del entonces presidente y de todos los participantes de la sesión, todos hablan en japonés como personajes de animé.
¿Cuál fue la relación que hizo Mazzagatti entre una sesión parlamentaria y una escena de animación nipona? “Se daba una situación de conflicto en esa escena del Congreso que es típica del animé, del género shonen, que es el de Dragon Ball, donde por lo general hay un conflicto muy marcado entre personajes y se me ocurrió como manera de jugar un poco con ellos como ellos juegan con nosotros todos los días. Una pequeña e insignificante venganza”, bromea.
El video Macri en el Congreso, versión animé tiene más de 160 mil reproducciones y 12 mil Me Gusta incluyendo uno desde la cuenta oficial de Twitter de Mauricio Macri. “Todavía no lo proceso bien”, admite Mazzagatti. “Se dio de un día para el otro. Al día siguiente me explotaba el celular con gente preguntándome cosas, y al otro día ya me estaban haciendo una nota para La Nación. Fue todo muy de golpe”.
Después de semejante popularidad, Mazzagatti inició un nuevo proyecto con otro video que se viralizó rápidamente, en el que mostraba un juego de lucha a lo Mortal Kombat con personajes que eran nada más ni nada menos que varios de los candidatos que compitieron en las presidenciales 2019: Mauricio Macri, Alberto Fernández, Cristina Fernández, José Luis Espert, Nicolás del Caño, Rodolfo Lavagna. Pero el juego en sí no existía, era sólo una idea, una fantasía. “Armé un grupito de chicos muy buena onda con ganas de hacer crecer el juego. Fue gente que apareció con el video que hice. Puse que me gustaría que se hiciera real y me escribieron varios. Busqué gente que sabe para que me ayudara en el modelado de los personajes en 3D”.
Así nació Argentina Pelea, que lleva unas 15.000 descargas. Con el impacto del cambio de presidencia en la agenda actual no descarta hacer actualizaciones. “Salió muy justo con las elecciones. Subieron las descargas entre el domingo de la votación y el lunes siguiente. La idea es seguir sacando actualizaciones, ya estamos preparando más personajes también, no sólo de la política, así que la idea es que no muera ahora”, comenta Mazzagatti. Según sus estadísticas, los que más consumen el juego son personas entre 16 y 35 años.
Pero los políticos como protagonistas de juegos no son exclusivos de los adolescentes. Un éxito similar vivió Gonzalo Villaverde, fundador de Pirámide, el emprendimiento con el que lanzó el juego de cartas Masters of Justicialismo. El mazo está compuesto por 39 cartas con distintos personajes relacionados con el Partido Justicialista, entre los que se encuentran Juan Domingo Perón, Eva Duarte, Carlos Saúl Menem, Nestor Kirchner, Guillermo Moreno, Aníbal Fernández y hasta Diego Armando Maradona. Inspirado en los naipes Match 4 que supo comerciar la marca Cromy a principios de los 80, las cartas de Masters of Justicialismo también cuentan con puntajes de características de los personajes. Pero en lugar de cualidades como “Fuerza”, “Velocidad” o “Peso”, se compite con “Lealtad”, “Justicia social”, “Rosca”, “Neoliberalismo y “Turbidez”.
Su creador atribuye el éxito de su emprendimiento al simple hecho de que se trata de un juego sobre el peronismo. “Hay una cuestión que quizás es la más comercial, que es que el peronismo tiene una imagen muy presente y es también potencialmente muy comercializable. Tiene personajes muy individuales, muy asociados a cosas muy específicas”, dice. “Por eso también cada carta tiene una frase característica de las cuales muchas ya son parte incluso del inconsciente colectivo. Después es un nivel más filosófico, en un juego no puede haber otra cosa que no sea peronismo porque es el único movimiento político verdaderamente conectado con el pathos. No se pueden hacer juegos sobre la derecha porque no se saben reír y no se pueden hacer juegos sobre la izquierda porque se toman todo demasiado en serio“, afirma Villaverde.
Con cerca de mil mazos vendidos, hay un trabajo casi artesanal detrás de Masters of Justicialismo. Villaverde diseña, imprime, corta y despunta cada carta él mismo, y hasta pliega las cajas en las que guarda cada mazo que sale a la venta.
Hasta el momento toda la repercusión ha sido positiva y nadie que aparezca en las cartas se ofendió por su nivel de “Turbidez” ni nada similar. “Nadie me dijo nunca nada y yo sé que les ha llegado porque le he vendido a gente que trabaja en el entorno íntimo de Aníbal Fernández y también ha circulado en muchas unidades básicas con referentes más y menos conocidos. Por las dudas, si alguien se ofende tengo un juego que viene con los puntajes completamente en blanco”, bromea Villaverde. “Se entiende que hay una intencionalidad política. Hay una cuestión en serio pero también otra más en sátira y me da la impresión de que esto puede funcionar con el peronismo porque es capaz de reírse de sí mismo y de habitar en la contradicción”.