Por S. Castagnino y V. Chiarantano

Uno de los rubros más afectados por la pandemia de COVID-19 es el del teatro. Siendo “un ritual que busca un encuentro físico”, como lo describe el escritor y director Matías Puricelli, el aislamiento social preventivo y obligatorio atenta directamente contra el consumo de este arte. No obstante, espacios como El Método Kairós, del cual Puricelli es programador y dueño junto a otros socios, dan pelea para que el teatro siga existiendo.

Desde sus comienzos el Kairós fue planeado como un proyecto autogestivo. La idea comenzó en 2012, cuando Puricelli, Fran Ruiz Barlett, Gastón Segalini, Santiago Meiriño y luego Mercedes Otero alquilaron un galpón que originalmente era un taller mecánico en la calle El Salvador, a una cuadra de la Avenida Scalabrini Ortiz, en el barrio de Palermo. “Veníamos desde hacía muchísimos años dirigiendo, escribiendo, haciendo obras y dando clases. Dejamos nuestros trabajos de oficina con la idea de poner un teatro”, recuerda Puricelli.

Además de una gran inversión realizada mediante préstamos y dinero personal, para la creación de la sala se acudió al crowdfunding, una especie de colecta online en la que personas ajenas al proyecto ayudan con un aporte económico a cambio de distintos beneficios retribuidos una vez concretado.

En noviembre de 2016, debido a la negligencia en una obra en construcción, una pared lindera cayó sobre el techo del Kairós, destruyendo la sala principal. Si bien no hubo heridos, varios medios catalogaron el siniestro como un momento dramático. “Con todo el esfuerzo y el amor que ponemos y pusimos, y todo el trabajo realizado, para nosotros fue una patada en la cara”, escribió Fran Ruiz Barlett cuando dio a conocer la noticia en Instagram.

En 2016, una pared lindera cayó sobre el techo y destruyó la sala principal

Para la reconstrucción nos endeudamos de vuelta y, además del apoyo comunitario que recibimos en una cuenta que abrimos, tuvimos una ayuda grande del Instituto Nacional del Teatro y del Gobierno de la Ciudad, que nos dio un subsidio extraordinario”, recuerda Puricelli. Así que los tiempos adversos lamentablemente no son desconocidos para El Método Kairós y sus dueños. Cerrar durante la segunda quincena de marzo pasado los obligó a enfrentarse a una situación crítica.

Sin embargo, lograron adaptar a una versión virtual su Escuela de Actuación Orientada a la Autogestión y mantener a sus alumnos. Pero la principal novedad fue la inauguración de un nuevo espacio virtual, la sala 3, en la que reproducen espectáculos vía streaming. Allí se difunden nuevos proyectos, entre los cuales se encuentra “CTV BRUTAL by Varieté” del grupo “Varieté Brutal”, con producción general de Diego Reinhold y basado en una idea de Maty García y Julián Sierra.

Sierra es actor desde hace muchos años. Participó en docenas de piezas teatrales, incluyendo “Tengo una muñeca en el ropero”, de María Inés Falconi, y “The Hole”, con la participación de Moria Casán. Luego de varias temporadas en el Kairós con Varieté Brutal, el elenco -que incluye a Vicky Condomí Alcorta, Francisco González Gil, Tati Martínez, Luana Pascual, Andrés Passeri y Diego Reinhold- estrenó a principios de julio material audiovisual inédito.

Los proyectos vía streaming son una buena posibilidad para sortear los primeros tiempos de la cuarentena. Se proyectan obras hechas en teatro anteriormente y les artistas reciben un porcentaje de los ingresos en sus cuentas bancarias, siempre y cuando posean una. Es importante mencionar que no todos los artistas tienen una cuenta bancaria o una tarjeta de crédito o débito. Muchos de ellos cobraban dinero en mano por trabajos en negro”, explica Sierra, quien también opina que los espacios teatrales ya no existen. “Existe la dinámica teatral, pero los espacios son virtuales. Este es el nuevo paradigma. El teatro es arte vivo en tiempo y espacio. Eso, hoy por hoy, ya no es posible”, concluye.