Por María Agustina Fernández Acevedo
Los 16 años de sus manos aliviando cuerpos con masajes, acupuntura y otras técnicas de medicina china fueron la inspiración para que Dolores Boubeta encontrara la manera de pasar el encierro por la pandemia. Con pocas herramientas pero mucha creatividad, todavía está armando un curso virtual de Chi Nei Tsang, una técnica de automasaje abdominal que ya le permitió llegar a gente de todo el país.
“Es muy difícil no poder interactuar y diagnosticar, algo que se realiza observando la cara, la lengua, el pulso y hasta el olor”, cuenta. Boubeta buscó opciones y descubrió, también, un anclaje para el alivio y prevención de las dificultades que atraviesan quienes están encerrados: “Este tipo de práctica oriental tiene la capacidad de determinar un desequilibrio energético antes de que se manifieste como síntoma, algo así como la cuarentena que hacemos para que el virus no se propague de manera desmesurada”.
Los mayores desafíos a la hora de armar su nuevo sistema fueron la debilidad del wifi en Capilla del Señor (la ciudad bonaerense donde vive), el uso de herramientas de edición y la adaptación de su casa para las grabaciones. Sin embargo, ya está desarrollando videos y bibliografía para enviar por WhatsApp a sus pacientes junto con consejos sobre hábitos saludables que sube a su cuenta de Instagram, China En Tus Manos, donde también publicita su curso.
“El masaje de los órganos que se encuentran en el abdomen ayuda a destrabar tensiones, liberar la acumulación de toxinas y emociones para mejorar el flujo de energía que, acompañado de hábitos saludables y meditación, mejora la calidad de vida“, explica. Para acceder a estos cursos es necesario contestar primero una encuesta, ya que no son aptos para personas con algunas enfermedades preexistentes: “Ya estoy ofreciendo esta disciplina en toda la Argentina, algo que presencialmente no había podido lograr”.