Por Franca Quarneti

Verde bosque, verde brillante, verde cannabis. Entre eucaliptos y cipreses, Villa Ciudad Parque se erige como un refugio de flora autóctona en el Valle de Calamuchita. Con una población de 3.500 personas, este pequeño paraíso natural cordobés es gobernado por Pablo Riveros, un joven político perteneciente al Frente de Todos. El jefe comunal, apodado como “el intendente hippie”, propuso una salida innovadora a la crisis económica provocada por el coronavirus: a partir de una ordenanza municipal, Villa Ciudad Parque podrá producir aceite de cannabis medicinal. “Es un tema de salud pública”, declara Riveros, mientras recoge su larga caballera llena de rastas. Con este envión, la municipalidad impulsará permisos para la producción legal y desarrollará el cultivo comunitario. Verde bosque, verde brillante, verde cannabis. 

A través de una encuesta pudieron detectar que más de 30 personas utilizan el aceite de cannabis es la comuna. ¿Esa cifra los condujo a llevar adelante la resolución? 
—Sí, tenemos vecinos con epilepsia refractaria, artritis reumatoidea, esquizofrenia, dolores musculares, síndromes degenerativos y, claro, gente de la tercera edad. Además, entre esas personas se encuentra mi mamá, que tiene Alzheimer. Sabemos que ellos están expuestos a la clandestinidad para conseguir la medicina y que muchas veces se complica para comprarla porque es caro. No hay una certificación de calidad sobre el producto, por lo tanto una persona que tiene epilepsia refractaria no sabe cuándo tiene que renovar el frasco de aceite. No sabe si el frasco que está comprando es el mismo que el anterior o si tiene la misma cantidad de CBD. 

Teniendo en cuenta que la principal actividad económica de Villa Ciudad Parque es el turismo, ¿pensás que el cultivo de cannabis medicinal puede brindarle a la comuna una solución en términos económicos durante la pandemia del COVID-19?
—Esto es algo que le puede llegar a sumar mucho a la comuna: desde que largamos esta resolución hemos recibido más de 50 propuestas de proyectos para realizar la actividad en el lugar. Solamente con las que tuvimos ya podríamos generar más de 100 puestos de trabajo. Obviamente que es muy dificultoso llevar adelante las 50 ofertas que nos hicieron por una cuestión de burocracia administrativa y jurídica, en términos de espacio. Pero creo que esto demuestra que es una actividad económica muy importante para el país. 

Estuvieron en diálogo con el Ministerio de Desarrollo de la Nación, con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET) y con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria pero, ¿qué tan cerca están realmente de la implementación del proyecto?
—Por ahora se encuentra en una etapa inicial, la etapa político-administrativa. Político porque pensamos que esto tiene que seguir teniendo un impulso desde la política, tanto a nivel provincial, nacional y local. Y, después, administrativa porque empieza todo el circuito de la presentación de proyectos, las idas y vueltas, decidir quién participa. Lo que hicimos fue generar un hecho político, que nos pegó un empujón impresionante y ahora estamos por presentar el proyecto en el Ministerio de Salud. Nosotros tiramos la bomba, por decirlo de alguna manera, para poder romper un montón de estructuras de una y que esto no quede en un pasillo o en un papel y que no avance.

Los movimientos que abogan por la legalización del cannabis medicinal están siendo más escuchados que nunca en la Argentina. De hecho, a partir de la resolución de ustedes hubo impacto en otros lugares.
—Sí, salieron como tres ordenanzas muy importantes a nivel nacional. Primero, la de Merlo, San Luis, un municipio que está bastante cerca de acá, del otro lado de las sierras. Es un distrito muy turístico también. Después salió un convenio que hizo la provincia de La Rioja, el gobernador (Ricardo) Quintela difundió un convenio que realizó con el Ministerio de Salud para la producción y cultivo de cannabis para aceite medicinal. Y, también, el 2 de julio la Cámara de Diputados de Santa Fe obtuvo media sanción para el autocultivo de cannabis medicinal. 

Habitualmente usás el término de “comunidad organizada” para referirte a Villa Ciudad Parque. Este es un concepto filosófico que acuñó Juan Domingo Perón en 1949. ¿La resolución de permitir el cultivo de cannabis medicinal forma parte de este concepto?
—La idea de “comunidad organizada” tiene que ver con darle categoría política al amor, con poder tomar no solamente las necesidades materiales que tiene la gente, sino también con considerar las necesidades de autorrealización. A su vez, tiene que ver con el hecho de trabajar con una comunidad articulada entre las organizaciones de la sociedad civil y el Estado: cooperadoras, clubes, asociaciones de fomento, asociaciones civiles, fundaciones, universidades. Todas las fuerzas vivas de la comunidad articuladas con el Estado: me parece que eso es indestructible, que tiene un potencial muy fuerte y que tiene una llegada a la totalidad del territorio. Yo creo que este proyecto le va a hacer muy bien a Ciudad Parque y más si lo podemos llevar adelante. Esta medida tiene que ver, justamente, con poder articular la economía, la cultura, el ambiente y la política con la vida concreta y cotidiana de una comunidad.