Por Nahuel Contreras
Fundada hace 70 años, la compañía lleva el apellido de los hermanos Daniel y Omar Garbarino, que fueron dueños de la empresa hasta la llegada de Carlos Rosales, el propietario actual. En marzo de 2020, cuando comenzó la pandemia, el Centro de Distribución de la empresa quedó vacío y Garbarino anunció que pagaría a sus empleados el 32% de los sueldos correspondientes.
Según operarios de la compañía, hasta hoy la empresa acumula una deuda de 19 mil millones de pesos entre proveedores y acreedores, y los trabajadores temen la posibilidad de quiebra. Y a pesar de que hacen vigilia desde hace una semana en la puerta del Centro de Distribución, la incertidumbre sigue a flor de piel. Mientras tanto, más de 50 sucursales ya cerraron sus puertas, entre ellas las de San Martín centro, José C. Paz, Lanús, Merlo, Moreno y Plaza Oeste (Morón). El viernes 26 de julio pasado bajaron sus persianas dos más: La Plata 1 y Liniers. También la casa que estaba ubicada en Morón.
“Los trabajadores sabemos que Carlos Rosales compró Garbarino para hacer una plataforma similar a la de Mercado Libre. En base a eso, sacamos la conclusión de que todo esto se trata de una reestructuración y de un vaciamiento especulativo de la empresa, por parte de él, para generar ese negocio”, le dijo a Publicable Érica Salazar, administrativa en créditos y cobranzas de Garbarino y delegada gremial del Sindicato de Empleados y Obreros de Comercio y Afines (SEOCA).
En este contexto, los trabajadores y trabajadoras se turnan en grupos día y noche para reclamar. Y mientras tanto, realizan trabajos extras para subsistir. “Los trabajadores, después de estar cuatro meses sin cobrar, están haciendo changas de todo tipo, lo que se pueda, desde vender ropa hasta hacer comida; el que todavía no pudo vender su auto, hace viajes. Los que se fueron, todavía no cobraron ni un peso de indemnización y, los que todavía estamos, no sabemos qué va a pasar, no podemos tener ni la planificación para ver cómo seguimos para delante”, relató la delegada.
“Creemos que Armando Cavalieri, (secretario general de la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios), también es cómplice de esta situación. No podés hacer audiencia tras audiencia y que la empresa te diga que no tiene plata para pagar, depende de lo que le debe el Estado para abonar los sueldos y él no pide ningún tipo de explicación”, agregó.
Entre los trabajadores y trabajadoras existen dos grupos. Uno corresponde al de los Empleados de Comercio, el otro es parte del convenio Camioneros, liderado por el sindicalista y Presidente del Club Atlético Independiente, Hugo Moyano. En principio, el sindicato no dio demasiadas respuestas, pero en las últimas horas comenzó la defensa a sus trabajadores, y prometió respaldo. “Si tenemos que ir a reclamar a Plaza de Mayo lo vamos a hacer, vamos a acompañar y protegerlos hasta que se cumpla lo que dice el CCT (Convenio Colectivo de Trabajo), recuperar el salario y la dignidad”, dijo Pablo Moyano, secretario general de Camioneros en una asamblea realizada en el Centro de Distribución este último viernes.
Moyano apuntó hacia los empresarios que “se rajan, se llevan la guita afuera y los perjudicados son los trabajadores”. Además, le dejó un mensaje a Carlos Rosales: “Si no arregla esta situación, vamos a ir a acampar con todas las familias a la puerta de su casa”.
Quienes corresponden al otro sector, agrupados como “autoconvocados”, reclaman también pertenecer al gremio de los Moyano. En contacto para Publicable, Domingo, vendedor de la sucursal Lomas 1 y miembro de ese grupo, dijo: “Nosotros queremos tener una alianza con Camioneros, es un gremio fuerte, es una desidia total la que recibimos por parte del Sindicato de Empleados de Comercio”. Por otro lado, Rodrigo Romero, operario de la empresa, asegura que “existe una posibilidad de que ambos frentes se unifiquen en un mismo reclamo, el de la recuperación de lo que les corresponde”.