Por Julián Carlotto y Natalia Villarruel

El 17 de octubre fue la ebullición en el escenario político de los trabajadores industriales que se habían ido constituyendo en los últimos años de la década anterior, es decir desde el 30 y tantos en adelante, con el crecimiento de la industria. Antes también existieron luchas obreras pero, más bien, de trabajadores de servicios, por ejemplo empleados ferroviarios. Ahora, eran los empleados de una industria creciente que surgían para imponer su voluntad con el fin de liberar a los detenidos por las fuerzas enemigas que tenía, especialmente, en la marina y en algún sector del ejército. Fue una intervención política decisiva de parte de los trabajadores que, a partir de ese momento, fueron influyendo en la política Argentina”, relata el historiador Norberto Galasso en diálogo con Publicable.

La celebración del Día de la Lealtad se constituyó luego de la movilización popular y obrera que el 17 de octubre de 1945 llenó la Plaza de Mayo y sus alrededores para pedir por la liberación del General Juan Domingo Perón, quien por aquel entonces ejercía tres cargos políticos de suma importancia: el de vicepresidente de la Nación, secretario de Guerra y secretario de Trabajo y Previsión.

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El historiador Norberto Galasso

A principios de octubre de 1945, el ministro de Guerra, el General Eduardo Ávalos, quien encabezaba los sectores conservadores del Ejército, planteó la detención de Perón, la entrega del Ejecutivo a la Corte Suprema y la convocatoria a elecciones.

El 11 de octubre, Perón y Eva Duarte se refugiaron en una isla del Delta ante la inminencia de su detención. Presionado por los sectores conservadores del Ejército, el presidente Edelmiro Farrell ordenó el 12 de octubre la detención de Perón y su traslado a la isla Martín García.

Al conocerse la noticia de su captura, el 15 de octubre, el gremio azucarero de FOTIA se declaró en huelga para reclamar su liberación y, un día después, los obreros de la carne de las localidades bonaerenses de Berisso y Ensenada se adhirieron de forma masiva a la protesta. Las acciones se multiplicaron en fábricas y talleres de Avellaneda, Lanús, Valentín Alsina y los barrios obreros de Rosario.

Mientras la agitación obrera crecía, los empresarios se negaban a reconocer los derechos ganados durante las luchas de los últimos años, como el pago doble de la jornada de trabajo del feriado del 12 de octubre o el pago de las vacaciones.

El Comité Central Confederal de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina, unificada desde 1944, declaró una huelga general el 18 de octubre “como medida defensiva de las conquistas sociales amenazadas por la reacción de la oligarquía y el capitalismo”. Sin embargo, la iniciativa sindical fue desbordada por las bases y, desde la tarde del 16 de octubre, los empleados empezaron a dejar sus puestos.

La movilización de los trabajadores a Plaza de Mayo vista desde la Casa Rosada.

El 17 de octubre de 1945, miles de trabajadores provenientes principalmente del cordón industrial del Gran Buenos Aires se apersonaron en Plaza de Mayo para reclamar la liberación y la presencia de Perón. Finalmente, el gobierno debió ceder a la presión popular y el coronel fue trasladado a la capital. Por la noche, el General pudo estrenar su saludo con los brazos en alto.

La presencia de los obreros en aquel momento fue un movimiento ofensivo, de avance de los trabajadores, declamando toda una serie de derechos que no habían ejercido nunca. Lo lograron y avanzaron notablemente en muchos aspectos, en las condiciones de trabajo, paritarias, convenios colectivos, vacaciones pagas, hoteles de turismo y tener el derecho a intervenir en las decisiones de las fábricas, entre otros”, agrega Galasso.

Ante la multitud congregada en la plaza, el presidente pronunció un discurso que sería el inicio del Movimiento Peronista: “Muchas veces he asistido a reuniones de trabajadores. Siempre he sentido una enorme satisfacción, pero desde hoy, sentiré un verdadero orgullo de argentino, porque interpreto este movimiento colectivo como el renacimiento de una conciencia de los trabajadores, que es lo único que puede hacer grande e inmortal a la Nación. Hace dos años pedí confianza. Muchas veces me dijeron que ese pueblo por el que yo sacrificaba mis horas de día y de noche, habría de traicionarme. Que sepan hoy los indignos farsantes que este pueblo no engaña a quien no lo traiciona. Señores, quiero en esta oportunidad, como simple ciudadano, mezclarme en esta masa sudorosa, estrecharla profundamente a todos contra mi corazón, como lo podría hacer con mi madre”.

EL DÍA DE LA LEALTAD: UNA JORNADA DIVIDIDA

El escenario del último aniversario del Día de la Lealtad fue  dividido. Es una realidad que los actos del 17 de octubre se ven atravesados por la coyuntura y que el peronismo como movimiento optó por dividirse y remarcar distintas luchas y reclamos.

“Ahora se encuentran en un momento donde existe un sector de los obreros, expresado por el frente sindical, que se mantiene leal a los reclamos históricos y no quiere que se corrompan porque, hoy en día, prepondera una embestida de parte del sector patronal para eliminar alguna de esas conquistas. Ya lo mencionó el ex presidente Mauricio Macri en su libro que acaba de publicar”, sostiene Galasso.

Parte del Frente de Todos, La Cámpora, el Partido Justicialista Bonaerense y otras organizaciones sociales y de derechos humanos, marcharon hacia el escenario montado en la Plaza de Mayo bajo la consigna “Unidad nacional por la soberanía con justicia social”.

El Frente Sindical para el Modelo Nacional, que lidera el camionero Pablo Moyano; parte de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT); la Corriente Federal de los Trabajadores, dirigido por el bancario Sergio Palazzo,  y las dos Centrales de Trabajadores de la Argentina (CTA) dieron el presente en la ceremonia.

La otra parte de la CGT, encabezada por Héctor Daer y Carlos Acuña, encabezó un acto en el estadio de Obras Sanitarias, en el que se lanzó el “Movimiento Nacional Sindical Peronista” para la disputa de candidaturas en la que se pidió lugar en la mesa de decisiones políticas del Gobierno. “La dirección de la confederación está en una actitud totalmente pasiva, con sindicalistas que se han convertido en parte del sistema”, agrega Galasso.

En este marco, el Movimiento Evita, encabezado por Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro, junto con otras organizaciones sociales, realizaron un “Cabildo abierto” en La Matanza y 62 organismos peronistas concretaron un acto en Ciudad de La Plata.

El presidente de la Nación, Alberto Fernández, no participó de ninguno, pero sí brindó un discurso en el marco de la inauguración del último tramo de la Autopista Ezeiza-Cañuelas, junto al gobernador de la provincia Axel Kicillof y el ministro de obras públicas, Gabriel Katopois.