Por Hernán Palau
El presidente Pedro Sánchez anunció en el Palacio de la Moncloa cuáles serán los objetivos de España en los seis meses que estará al frente de la Unión Europea (UE). En un discurso de 24 minutos, puso a la reindustrialización, la autonomía estratégica de Europa y la transición hacia energías limpias y renovables como la mayor prioridad. En este sentido, reiteró la necesidad de encontrar nuevas vías que protejan a Europa de la dependencia excesiva de terceros países en ámbitos tan cruciales como la energía, la salud, las tecnologías digitales y la alimentación.
El ejemplo más cercano es la dependencia que tenía el bloque europeo con el suministro de gas ruso, que representaba el 45 % de las importaciones energéticas en 2021, según la Organización Internacional del Comercio. En ese contexto, la guerra entre Rusia y Ucrania y la reducción de la línea de suministro consecuente pusieron a la Unión Europea en una crisis energética por falta de gas.
En política exterior, el presidente Sánchez reiteró que América Latina debería ser una prioridad, por lo que será de gran relevancia la cumbre regional entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC), que reunirá a líderes europeos, latinoamericanos y caribeños, y tendrá lugar en Bruselas el 17 y 18 de julio próximos. Sánchez también buscará avanzar en las negociaciones por el acuerdo de libre comercio entre la UE y el MERCOSUR. La cumbre tiene como objetivo acercar a la Unión Europea con América Latina.
Por último, España intentará establecer unos estándares mínimos y comunes de tributación empresarial en todos los estados-miembros y combatirá la evasión fiscal de las grandes multinacionales. “Una evasión que cada año le cuesta a Europa 1,5 puntos de PIB, esto es, lo mismo que invertir en construir viviendas públicas y en proteger el medioambiente”, planteó Sánchez.
DUDAS POR LAS ELECCIONES
Una de las primeras incógnitas que surge tras el comienzo de la nueva presidencia es el resultado de las próximas elecciones generales, que se celebrarán el 23 de julio. Allí se va a definir la continuidad del gobierno de coalición del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), con Sánchez a la cabeza, y de la Izquierda representada en Unidad Podemos y el espacio SUMAR. Del otro lado estará la derecha, con el presidente del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, junto a la extrema derecha de Vox y su presidente Santiago Abascal.
A pesar de las diferencias entre el Gobierno y el PP en temas como la reforma hacia la transición ecológica, el Gobierno asegura que la presidencia española de la UE no se verá afectada por las elecciones.
En una conferencia de prensa que dio tras reunirse con los eurodiputados del PP en Bruselas, Alberto Núñez Feijóo especuló sobre cómo sería la presidencia europea durante un posible gobierno encabezado por él. “No podemos perder ni un minuto, ni permitir que un posible cambio de gobierno afecte nuestra imagen de país”, dijo. Núñez Feijóo criticó al gobierno de Sánchez por no considerar la presidencia europea en su decisión de adelantar las elecciones generales. A pesar de eso, coincidió en la importancia de reforzar tanto los vínculos con América Latina como el pacto migratorio que se discute en el Parlamento Europeo. Habló también de la necesidad de reducir precios e introducir la discusión de la problemática del agua, especialmente la reducción de los caudales de los ríos europeos, y buscar posibles soluciones.
PROBLEMÁTICAS A RESOLVER
El pacto de migración y asilo es uno de los temas que deberá debatir la UE en los próximos meses. Los gobiernos de los países miembros han acordado una posición negociadora que incluye la reubicación de 30 mil refugiados al año y sanciones económicas para los países que se nieguen a aceptarlos en sus territorios. Sin embargo, la Eurocámara y las ONG rechazan esta postura, así como el concepto de “patrocinio de retorno”. Aunque el presidente Sánchez celebra el punto de encuentro alcanzado, hay mucho camino por recorrer para llegar a un acuerdo que se ha resistido durante casi una década. Además, países como Polonia y Hungría amenazan con no implementarlo e incluso rechazan pagar por no acoger refugiados.
El acuerdo también supone un endurecimiento de las reglas y los plazos de la gestión de los flujos migratorios. Las solicitudes de asilo o retorno deberán estar listas en un plazo de seis meses y los países de llegada serán responsables de los refugiados por dos años. Sánchez deberá dirimir sus diferencias con gobiernos de posturas duras y conservadoras en relación a la política de inmigración, como son los casos de Italia y la primera ministra Georgia Meloni, y del próximo gobierno conservador en Grecia, que está próximo a conformarse tras el triunfo del líder Kyriakos Mitsotakis.
Además, España deberá liderar la Unión Europea con una guerra en curso en el continente y con una Rusia que forzó al Grupo Wagner a detener un intento de golpe de Estado, y sigue controlando la región del Donbass y no considera retroceder.
La ceremonia de asunción de la presidencia europea se realizará en España. Además de Sánchez, participarán la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, y el representante permanente de España ante la Unión Europea, Marcos Alonso Alonso. Se espera la presencia del Rey Felipe VI, en su rol de jefe de Estado.
Sánchez describe a la próxima presidencia española de la UE con las palabras “gratitud, humildad y ambición”. Sin embargo, existe una gran incógnita sobre quién liderará el resto del semestre a partir de las elecciones generales.