Por Victoria Díaz Fuentefría y Romina Mori
La Fundación Eva Perón fue clave durante los primeros años peronistas, ya que en ella se desplegaba una buena parte de las políticas de asistencia del gobierno. Durante su existencia, construyó viviendas, hospitales, escuelas, hogares de ancianos y de tránsito para mujeres; gestionó soluciones a problemas de salud, desamparo y laborales; y otorgó pensiones a la vejez.
“En la Fundación, Eva era la esperanza de todos aquellos que sufrían y que no eran escuchados. Los representaba, no sólo en asistencia social, sino que impulsaba la declaración de derechos”, expresa el historiador especializado en peronismo Martín Slavec.
El 8 de julio de 1948 la institución abrió sus puertas bajo el nombre “Fundación de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón” en el barrio de Recoleta. Su objetivo era brindar ayuda social de forma directa y evitar las burocracias que limitaban y entorpecían el alcance de las políticas a quienes las necesitaban. “Modificó la forma de percibir y entender la asistencia social a los sectores populares, porque, por primera vez, fueron interpelados. Antes del peronismo, todo lo que tenía que ver con esta materia era inexistente”, explica Martín Stawski, autor del libro “Asistencia social y buenos negocios: política de la Fundación Eva Perón”.
ASISTENCIA SOCIAL A LOS SECTORES EXCLUIDOS
“Perón intenta tener acercamientos con sectores excluidos de la sociedad, es ahí donde la Fundación cumplió un rol fundamental: incluyó en las políticas estatales a los niños, a las mujeres y a los ancianos”, explica Stawski. La primera dama recibía personalmente los pedidos sociales en el Palacio de Correos, donde actualmente funciona el Centro Cultural Kirchner. Aunque, tiempo después, instaló su oficina privada en el antiguo despacho del presidente.
A principios de abril de 1948, se inauguró el primer hogar de tránsito de la ciudad de Buenos Aires, en Carlos Calvo 102. Estos hogares fueron instituciones organizadas y manejadas por mujeres y para mujeres, destinadas a ayudar y acompañar a madres solteras y a jóvenes que llegaban desde el interior del país.
Para 1949, la Fundación inauguró el Hogar y Ciudad Infantil en el barrio porteño de Belgrano. Allí se brindaba educación para niños de los sectores populares, desde los 2 hasta los 6 años.
EL CAMINO AL CIERRE Y LA CENSURA
A fines de septiembre de 1955, luego del golpe de Estado producido por las Fuerzas Armadas que derrocó a Juan Domingo Perón, la Fundación fue saqueada y destruida por la Dirección de Asistencia Integral, con el objetivo de desmantelar y disolver la imagen del peronismo. “Los militares quemaron en el patio del edificio todos los libros, juguetes, sábanas y ropa, absolutamente todo aquello que llevaba el sello de la Fundación Eva Perón”, señala Slavec.
LA FUNDACIÓN HOY
Actualmente, existen fundaciones bajo el nombre “Eva Perón” en todo el país. Pero, según Martin Slavac, “ninguna de ellas se asemeja a la de entonces, ya que una olla popular o un merendero no tienen la esencia que tuvo en su momento la Fundación Eva Perón, aunque haya quienes persigan esa idea”. En ese sentido, agrega: “El peronismo no festeja la apertura de comedores, festeja el desarrollo de las personas, y la idea de Eva y de Perón era que cada uno pudiera llevarse a la boca el pan ganado con el sudor de su frente”.
Las fundaciones de hoy tienen diversos objetivos sociales, funcionan de forma más organizada y dependen de instituciones que asisten a la Justicia. “No contienen el corazón de Eva, lejos estamos de comparar lo que se vive hoy con lo actuado por ella. Hay hogares más judicializados y politizados”, concluye el historiador.