Por Inés Yawien
“Informate rápido, pero informate bien” es el lema de Corta, un medio moderno con una premisa novedosa, del que Juan Agosto es director. Periodista desde hace más de una década, pasó por medios como El Destape, El Canciller y Futurock, entre otros. Hoy es director en Corta y jefe de redacción en Cenital, dos sitios creados por jóvenes periodistas en los últimos años con el objetivo de adentrarse en la actualidad sin perder la calidad de la información. Corta ofrece una experiencia novedosa: notas breves, directas y con un esquema sencillo pensadas para el lector de hoy, que se quiere informar bien pero no dispone de mucho tiempo. “Hace varios años que el periodismo empezó con esa lógica de dar un título que no responde a lo que hay en la nota, dar la noticia en el último párrafo o utilizar una abundancia de adjetivos y juicios de valor. En eso nos diferenciamos”, sostiene.
―¿Cómo es adentrarse en Corta después de pasar por medios tradicionales?
―Hasta ahora, las plataformas están todas inventadas, no es que haya una plataforma nueva que se inventó y que la gente está aprovechando para hacer periodismo. Lo que cambiamos es la forma de presentar la noticia: la hicimos más digerible para el público al que queremos apuntar, sin caer en recursos que rompen la propuesta periodística. Hay algunos medios que pretenden llegar a los jóvenes diciendo boludeces, en vez de respetar que hay un público interesado por la actualidad al que no necesariamente le tenés que llegar con emojis o diciendo “se picó”, “está buenardo” y cosas así. Eso me parece un recurso muy corto y una falta de respeto. Otros medios superficializan mucho la conversación: no les dan, a pibes y pibas con mucha capacidad cognitiva, lo que ellos realmente necesitan. Como plataforma, Corta es bastante parecida a los medios en los que yo había escrito. La innovación es la idea de la noticia breve contada en bullets y el concepto de pirámide invertida, en cortes. Lo que inventamos es esta forma de hacer la noticia: a medida que vas pasando de párrafo te vas adentrando en la información. Si leés el primer párrafo, ya sabés lo importante. Si querés saber por qué esa información es importante, seguís leyendo. Eso es lo no tradicional de Corta como propuesta informativa. No queremos que entren a una nota sólo para retener un título que después no responda a lo que enuncia.
―¿Te preocupan estas nuevas prácticas periodísticas?
―Yo no soy un defensor de lo corporativo del periodismo ni me pongo solemne con sus reglas, pero creo que son necesarias para que la profesión se distinga del resto de la sociedad. Si la idea es simplemente contar cosas, puede hacerlo tanto un periodista como un político o un actor. En cambio, el periodismo tiene que aplicarle, a ese contenido, reglas que le dan legitimidad y veracidad para que quien lo reciba se vaya informado. Por ejemplo, no sobreadjetivar o hacer juicios de valor y tratar de acercarse lo máximo posible al hecho. Lo que pasa es que a veces el periodismo achica mucho el acontecimiento y agranda el espacio del juicio de valor alrededor de él.
―Tal vez la gente que cae en esto de defender la solemnidad del periodismo, en algunos casos, está queriendo preservar estas bases.
―No, lo hacen para defenderse ellos mismos. “Yo no soy parte de tal cosa, yo siempre soy crítico, etcétera”. Me refiero a una defensa colectiva y conceptual que incluye a la sociedad. Lo que sostienen las organizaciones periodísticas son espacios de defensa corporativa y no del rol social del periodismo. Entonces, esas personas que se muestran asépticas en términos periodísticos, en realidad lo que están haciendo es protegiendo su individualidad, no el producto en términos de resultados del ejercicio del periodismo.
―¿Qué opinás de la creencia o el discurso de que el periodismo está muriendo?
―Creo que no hay que definir las cosas. Definir qué es y no es periodismo me parece autoritario. Es lo que suelen hacer los periodistas tradicionales y las organizaciones. Como la profesión se llenó de juicios de valor, adjetivos y etcétera, cualquiera puede escribir una columna y llenarla de opiniones. Puede ser que el periodismo esté en extinción, pero en el sentido de que se democratizó y ahora sale del público, porque antes sólo los medios intervenían entre la sociedad y la información. A partir del surgimiento de las redes, que acercaron a la gente con la fuente, esos intermediarios se desvanecieron. Antes, para enterarme de lo que opinaba un político o un actor tenía que leer el diario. La ausencia de intermediarios rompió una función que cumplía el periodismo, que es la de hacerle llegar a la gente determinada información que hoy está disponible en todos lados. Cada persona tiene su propia plataforma donde contarlo. En ese sentido el periodismo tiene desafíos nuevos. No va a desaparecer en la medida en que la sociedad entienda que cuando escucha directamente al protagonista, sólo es una parte de la información. Entonces, si el periodismo se mantiene fiel a su propuesta de informar a la sociedad va a ser bien recibido. Por eso hicimos Corta.
―¿Esa es la verdadera relevancia de Corta?
―Sí, la que tiene es gracias a que hay mucha gente que confía en lo que propone y sabe que la información no es manipulada, a pesar de que no siempre le va a dar lo que ideológicamente quiere. Todos los que trabajan en Corta conmigo tienen el deber de contrastar la información que publican, y si no lo hacen en una nota, se hace una nueva donde se muestra la otra parte. Podemos fallar en la aplicación como cualquiera puede cometer un error, pero no va a ser intencional.
―Este cambio en la manera de obtener información, ¿lo ves como una pérdida o una ganancia para el periodismo?
―Creo que hoy el 90% del periodismo que se hace en internet se basa en lo que pasa en las redes. Hay mucha gente que ve eso como una banalización porque les arruinó el negocio. No lo rechazo porque para hacer periodismo necesitás plata, o por lo menos salir empatado. Nosotros no estamos haciendo plata con Corta pero nos sostenemos. Los que hacían un negocio millonario a costa de ser los intermediarios entre el poder y la sociedad eran siempre más parecidos al poder que a la sociedad. Ellos sí se vieron afectados por la explosión de plataformas, que permiten hablar a todos los protagonistas de un acontecimiento. A la vez, para muchos medios chicos fue una salvación, porque no hubiésemos podido arrancar sin una determinada palanca de poder o de plata. Hoy, con pocos recursos, podés montar un medio que se nutra de las redes sociales, elija lo que va a reproducir, y crezca. Antes no podías arrancar de cero. En síntesis, sólo perdieron los empresarios que estaban haciendo plata, el periodismo ganó.