Por Gisela Criscuoli

Esta tarde, el presidente de turno del Tribunal, Andrés D’Alessio, fue el encargado de llamar al estrado a un electricista, ex-empleado de Peugeot, Alberto Felipe Maly, quien contó, entre otras cosas, los métodos de tortura a los que fue sometido mientras estuvo secuestrado, primero en la Brigada de Quilmes y luego, en una comisaría de Valentín Alsina.

A sala llena, todos los presentes escucharon el relato del hombre que acusó a la cúpula de la policía de la provincia de Buenos Aires y sólo se interrumpió antes las preguntas del juez.

Al comienzo de su relato, Maly contó que luego de la salida de su trabajo, en la fábrica de Peugeot ubicada en la ruta número 2, y mientras estaba ingresando a su casa, fue interceptado por varios hombres que lo subieron a un auto y lo llevaron a un sitio desconocido.

Yo fui un ‘perejil’ al que sólo capturaron pretendiendo conseguir información con la que no contaba, explicó el hombre de 51 años. Y agregó que la forma de persuadirlo a dar esa información fue la tortura.

“Uno de ellos dijo: ‘Empezá a darle’ ”, dijo el electricista y relató que lo tuvieron entre 4 y 5 horas atado de pies y manos a una camilla con un cinturón y sometido a torturas con picana eléctrica. Según el testigo, los datos que los secuestradores querían obtener eran sobre personas con las que Maly podría haber tenido contacto en alguna reunión social y que ejercieran algún tipo de militancia clandestina. También, reveló que los torturadores lo amenazaron en reiteradas ocasiones con capturar a su esposa e hijo, hasta que lo llevaron a la comisaría 9º de Valentín Alsina en donde lo mantuvieron cautivo por siete meses y lo liberaron.

Otro de los testigos claves en la audiencia de hoy fue Rubén Fernando Schell, un gasista y cartero de treinta años. En su declaración, contó que fue raptado cuando volvía del almacén cercano a su casa por al menos 15 hombres que llegaron en un Dodge y dos Ford Falcon.

Schell dijo que fue llevado a un centro clandestino de detención en donde fue interrogado acerca de su círculo de amistades, entre los cuales nombró a Ricardo Ruiz alias “Pucho” y a Alberto Maly, hasta el momento de su liberación. En su declaración, atestiguó que un sacerdote iba a visitarlos, comprometiendo así también el papel de la Iglesia en la última dictadura militar.

También, se hizo presente el cineasta Alcides A. Chiesa, quien completará su testimonio mañana.

Mientras tanto, en Retiro, morían tres personas como consecuencia una explosión en un depósito de pólvora y municiones, en una sala del Palacio de Tribunales, la declaración de un electricista dejaba al descubierto la complicidad de la policía en el reciente proceso dictatorial.