Por Gisela Criscuoli @gisecriscuoli y Axel Solis @axelsd
Pasados diez minutos de las tres de la tarde, subió al estrado el primer testigo del día, el realizador cinematográfico Alcides Chiesa. El director declaró sobre su detención entre 1977 y 1978 en distintas dependencias policiales y comentó que fue detenido en primera instancia por conocer a “Tony”, un compañero de secundario que luego se dedicó a la militancia pero de quién él no tuvo más noticias.
El cineasta dijo que fue llevado a la Brigada de Quilmes en donde lo tuvieron 12 días privado de su libertad, sometiéndolo a métodos de tortura con picana eléctrica para obtener nombres y direcciones de diferentes personas.
“En el centro de Puesto Vasco, donde me trasladaron desde Quilmes, me interrogaron durante varias semanas. La diferencia con los meses en la brigada fue que ahí no solo me hacían preguntas, sino que se realizaban sesiones de tortura, a veces por placer”, afirmó y contó que en múltiples ocasiones lo amenazaban con tomar cautiva a su esposa.
Chiesa explico que, en noviembre de 1976, fue llevado nuevamente a Quilmes, donde permaneció detenido junto con su mujer. En 1980 lo trasladaron a Rawson y luego fue regresado a La Plata. Allí, en 1981, le dieron la “libertad vigilada”.
El segundo de los testigos, Alberto Cruz Lucero, fue llamado al estrado y describió los métodos de tortura que sufrió mientras estuvo en cautiverio. “Perdí dos dientes, me quedó atrofiado un testículo y sufro de problemas de nervios”, relató. Lucero afirmó que fue privado de su libertad el 23 de noviembre de 1977 en Temperley y liberado el 8 de diciembre del 77.
Hermanos desaparecidos
Otro momento clave de la jornada fue cuando atestiguó María de los Ángeles Mainer, una estudiante de 17 años, quien durante la dictadura sufrió el secuestro de dos hermanos: María Magdalena y Pablo Joaquín, en la Brigada de investigaciones de La Plata.
La joven dijo que sus hermanos estuvieron en cautiverio junto a otros 7 jóvenes y que una de ellas tuvo un hijo en cautiverio. Lo último que las hermanas Mainer pudieron saber de sus hermanos es que habían viajado a Brasil, según les informaron desde el lugar de detención.
El drama de los Moncalvillo
Luego de la declaración de Ramón Baravelle y Estela María Gomez de García del Corro, fue el turno de la familia Moncalvillo. En primera instancia declaró el padre de la víctima, Domingo Moncalvillo, quien aseguró que a su hijolo detuvieron por formar parte de la agrupación Montoneros. Agregó que, en principio, no supieron nada de él ni de su paradero hasta que recibieron su llamado diciendo que se encontraba “muy bien”. Según el testigo, en el lugar donde estaba había más jóvenes presos y afirmó que era el coronel Ramón Camps -Jefe de la Policía de la provincia de Buenos Aires entre 1976 y 1977- quien les daba la opción de irse del país o de seguir en calidad de detenidos.
También, comentó que en ciertas ocasiones lo buscaron en su casa y lo llevaron a ver a su hijo que continuaba detenido hasta que un día las autoridades policiales le informaron que había sido llevado a Colonia, Uruguay. Sin embargo, Domingo dijo que no tuvo novedades y recién a los 30 días el comisario Miguel Etchecolatz se comunicó con él para consultarle sobre las noticias que tuviera sobre su hijo, pero no le brindó información alguna. El hombre aseveró que nunca más supo del paradero de su hijo.
A continuación fue interrogada la esposa de la víctima, María Inés Arbio, y por último, la periodista “Mona” Moncalvillo, hermana del hombre desaparecido. En los siguientes videos, fragmentos de sus declaraciones.
Risas y cruces en la sala
En medio de la declaración de un testigo, el doctor Fernando Goldaracena, defensor del almirante Armando Lambruschini, provocó en dos ocasiones la risa de los presentes en la sala de audiencias de la Cámara Federal Penal. La primera, mientras Alberto Lucero explicaba que, gracias al sol, había deducido el rumbo que tomó el vehículo que lo llevaba desde el lugar de detención hasta el de la libertad, el abogado le preguntó al testigo: “¿Por dónde sale el sol?”.
La segunda risa general se desató cuando Goldaracena realizaba varias preguntas que D´Alessio consideraba improcedentes, pero que este remarcaba que la pregunta estaba relacionada con una siguiente. Entonces, el presidente de turno del Tribunal le dijo: “Va a tener que empezar al revés, doctor”.
Por su parte, el doctor Buero, defensor del almirante Anaya, y el fiscal Julio César Strassera mantuvieron un cruce de palabras en medio de la declaración de Alberto Derman luego de que el primero le preguntara al testigo cual era es militancia política. “Se pregunta cómo si esto justificara los tormentos”, criticó Strassera mientras el presidente de turno no daba lugar a la pregunta.