Por Santiago Nasra @santinasra, J. Guiot, S. Molina, E. Szpolski y C. Espinal

Una nueva jornada del Juicio a las Juntas conmovió a todos los asistentes por la gravedad de los hechos relatados. Elsa Mariana Gianetti, cuyo esposo e hijo fueron detenidos en distintos procedimientos de la Aeronáutica y secuestrados en Mansión Seré, fue la primera en declarar. Su esposo, Juan Carlos Bird, sigue desaparecido tras haber sido detenido el 22 de octubre de 1977 en su domicilio de San Fernando. Según Gianetti, su hijo, Daniel Jorge Bird, liberado 27 días después de ser secuestrado, quedó arruinado para toda la vida“Mi marido era militante peronista, pero mi hijo no actuaba en política para nada”, se lamentó.

Oscar Américo Abrigo declaró haber sido privado de su libertad el 24 de enero de 1978 en su domicilio de Haedo. El testigo afirmó que fue torturado en la Mansión, y narró el posterior secuestro de su esposa. Hacia el final de su declaración indicó que el 17 de marzo fue torturado nuevamente, en una sesión que duró entre tres y cuatro horas. “Fue tan horrible que varias veces pedí que me mataran”, declaró. Además, agregó que el 31 de marzo de ese año fue trasladado, esposado y encapuchado, a “un lugar con calabozos”, que reconocería posteriormente como la comisaría de Haedo. Días más tarde, el 12 de abril de 1978, fue dejado en libertad “detrás del Hospital Posadas”, según manifestó.

La Mansión Seré, en Ituzaingó

La Mansión Seré, en Ituzaingó 

Algunos militares sabían, otros no

Más tarde brindó testimonio el brigadier mayor Miguel Ángel Osses. En su declaración, que duró dos horas, afirmó que en 1977 se creó una “fuerza de tareas“, la Fuerza de Tareas 100, para que la Fuerza Aérea cooperara con el Ejército en tareas vinculadas con la “lucha antisubversiva. El acuerdo fue firmado por Osses y por el ex general Guillermo Suárez Mason, comandante de Operaciones Aéreas del Primer Cuerpo del Ejército en esa época.

Al ser interrogado sobre la existencia de “La Mansión”, el comandante reconoció haberse enterado de su funcionamiento aunque, por haberse enterado “en vísperas de acontecimientos fundamentales” -la eventual guerra con Chile-, su cabeza estaba “en otro lado”.

La fiscalía, por su parte, aportó la prueba documental de que el edificio fue pedido por el Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, brigader Ramón Orlando Agosti, y cedido por el intendente de Buenos Aires, brigadier Osvaldo Cacciatore. El predio estaba a pocas cuadras de la Base Aérea Militar de Morón.

Se acerca al estrado el brigadier Osses (Foto: Memoria Abierta)

Posteriormente, el ex jefe de la Brigada Aérea de Moreno entre 1977 y 1978, Jorge Arturo Van Thienen, sostuvo en su testimonio que sabía que la Mansión Seré había sido, entre 1951 y 1957, casino de oficiales de la Fuerza Aérea. Sin embargo, en su breve declaración, negó tener conocimiento sobre el uso del edificio durante la dictadura.

LA MANSIÓN DEL TERROR

Julio Fermín Lara, que hasta 1983 vivió en una casa ubicada a pocos metros de la Mansión, aseguró que una vez, luego de traspasar los límites de la propiedad, fue intimidado por un hombre armado que, vestido de fajina militar, lo obligó a alejarse del lugar. “Una vez advertí un fuego y, al acercarme, vi que se estaban quemando cabellos humanos en gran cantidad”, declaró. Agregó también que los efectivos de la Séptima Brigada Aérea de Morón patrullaban permanentemente la z