Por M. Santiago Cadelago, F. Gianitelli, J. Garrido y M.F .Romain
También declaró Nicolás Candeloro, padre de Jorge, quien contó que había presentado dos hábeas corpus para que liberaran a su hijo. El primero fue en Mar del Plata, donde le dijeron que lo tenía que presentar en Neuquén. Dos meses después de haber cumplido con ese requisito, el coronel Pedro Alberto Barda le manifestó mediante una notificación que Jorge “había sido muerto”. Cuando se le preguntó por el motivo del secuestro de su hijo, Candeloro comentó: “Estaba acusado de subversivo, era de ideas izquierdistas, no lo niego”.
María del Pilar Arestín relató cómo su hermano, el Dr. Salvador Arestín, fue secuestrado en su estudio jurídico en la ciudad de Mar del Plata el 6 de julio de 1977. La declarante contó cómo, según testigos en el lugar, dos jóvenes irrumpieron en la oficina de su hermano increpándolo. “Entonces ellos le dicen que se quede tranquilo, que si no lo mataban”, afirmó.
María del Pilar presentó recursos de hábeas corpus, notas al Ministerio del Interior y cartas al entonces presidente de La Nación Jorge Rafael Videla, pero no obtuvo resultados. También declararon por el mismo caso los sacerdotes Gregorio Espeche y Enrique Violino. Ambos fueron contactados por la familia de Arestín para intentar dar con su paradero pero ninguno pudo conseguir información fehaciente del desaparecido.
Anécdotas de la defensa
El doctor José María Orgeira, defensor del militar Eduardo Viola, intentó vincular a Marta Candeloro con actividades subversivas, indicando que conocidos de la psicóloga fueron identificados como “marxistas”. El abogado defensor se justificó indicando que él se refería a “la agresión indirecta de los movimientos marxistas, que asolaron el país desde el año 70 formando movimientos para la liberación nacional”. Orgeira también reclamó que “de una vez por todas se ponga a disposición de los defensores” los archivos de la CONADEP.