Por M. Bello, A. Hoszowski, P. Marín Moreno y J. Mancinella

En la audiencia de hoy del Juicio a las Juntas, Juan José Solanille, trabajador rural del campo lindero con el Cuartel del Escuadrón de Exploración de Caballería Aerotransportada 4 de Córdoba, donde funcionaba el centro clandestino de detención (CCD) conocido como La Perla, aseguró haber visto más de 500 cuerpos enterrados, presencia militar y “anormalidades” en los terrenos.

Solanille dijo que el 26 de marzo de 1976 había escuchado gritos “desgarradores” provenientes del CCD, que fue mencionado por el testigo como “la cárcel”. Tiempo después, en una recorrida por zonas no cultivadas del campo, se encontró con 500 tumbas. Se lo contó al principal Saldivia, su empleador, quien le dijo que dejara de hablar de lo que veía en el lugar y le prometió cercar las fosas con alambre.

El testigo contó que una noche fue a buscar a una yegua que se le había perdido a la loma El Torito, donde “no se podía caminar por la cantidad de cadáveres que había, salidos, sin nada o con capuchas en la cabeza”.

“En dos o tres oportunidades, mi perra me trajo una cabecitas chiquitas, parecían criaturitas”, declaró Solanille y afirmó que él escondía los restos en la vía que cruzaba atrás del campamento y rezaba. El trabajador le dijo a Saldivia lo que hacía el animal y le reclamó el alambrado. Al poco tiempo, la perra desapareció y Solanille se enteró de que un soldado la había matado de un tiro, por orden de su superior.

Tras la pregunta del juez Ricardo Gil Lavedra acerca de si había presenciado otro hecho, el testigo respondió que en una ocasión vio al general Luciano Benjamín Menéndez entrar a La Perla. Ese mismo día, Solanille escuchó un tiroteo y vio “un humo grueso, inmenso”.

A pedido del tribunal, Solanille explicó el proceso de reconocimiento de tierras que había hecho con la CONADEP una vez restaurada la democracia en la Argentina. “La primera vez que fuimos, nos vimos con que estaba todo cambiado, incluso donde estaban las tumbas”, dijo Solanille, que tuvo problemas para encontrar las fosas. Después relató que en el momento que se disponía a cavar en las lomas, los enviados de la CONADEP le advirtieron que “unos soldaditos ya habían sacado los restos”. Efectivamente, cuando cavó, no encontró nada.

Sobre las violaciones a los derechos humanos cometidos en La Perla y otros CCD de Córdoba y Santa Fe, declararon también Adriana Arce, Ricardo del Valle Mora, Juan José López, Pablo Chabrol, Liliana Inés Deutsch y Adriana Corzaletti.

Adriana Arce, secuestrada el 11 de mayo de 1978 en Rosario, declaró que durante su tiempo en cautiverio en la Fábrica Militar de Armas “Domingo Matheu” de esa ciudad, sobre la avenida Ovidio Lagos, fue visitada por el general Lepoldo Fortunato Galtieri. “Yo soy el que tiene en sus manos el poder de su vida”, le dijo el militar a Arce.

Al final de la jornada declaró Adriana Corzaletti, secuestrada el 6 de septiembre de 1977 y torturada por el sargento Luis Manzanelli en La Perla. “No hay nada que explique tanta infamia y brutalidad”, aseguró la testigo.