Por M. Otaño, L. Scannone y J. Colombo

La declaración de Cristina Temperoni, primera testigo de la jornada de ayer, fue la continuación de los casos Bettini y Devoto, que fueron tratados en la audiencia anteriorRubén Contardi, marido desaparecido de Temperoni, era socio de la familia Bettini y pertenecía a Montoneros. Por ese motivo, fue secuestrado y torturado.

En segundo lugar, declaró el comerciante mendocino Raúl Acquaviva, secuestrado por la policía de su provincia y condenado a 14 años de prisión por tenencia de explosivos. Recluido durante seis años en varios penales del país y habiendo denunciado torturas, fue liberado en Chubut seis días antes de la asunción del presidente Raúl Alfonsín.

Acquaviva contó que el 27 de septiembre de 1976 había sido trasladado desde la base mendocina de El Plumerillo hasta La Plata en un avión Hércules. En el trayecto “fue golpeado con bastones de goma en la espalda y posteriormente orinado” por un miembro del personal de traslado del Servicio Penitenciario Federal, según afirmó. Su hermana, Vivian Gladys Acquaviva, señaló que también fue secuestrada y torturada, aunque fue liberada al poco tiempo.

Vivian Acquaviva fue interrogada por José Orgeira, abogado defensor del ex presidente de facto Roberto Viola. Sus preguntas recurrentes a la testigo generaron murmullos y molestia en el público, por lo cual el letrado solicitó el desalojo de la sala. El camarista Jorge Valerga Aráoz no dio lugar al requerimiento y el juicio prosiguió con normalidad.

La memoria que duele

A continuación, fue el turno del abogado y escritor Ángel Bartolo Bustelo, reconocido militante del Partido Comunista de Mendoza, quien contó que fue secuestrado de su domicilio el 3 de septiembre de 1976 y llevado al Comando Militar de la provincia, donde fue interrogado y golpeado por oficiales del ejército. Días después, junto a cientos de personas, fue trasladado en el mismo avión en que se encontraba Acquaviva y sometido a nuevos interrogatorios. Cuando pudieron constatar que no era un jefe guerrillero, en agosto de 1977, lo regresaron a su provincia. También dieron su testimonio su hijo y su madre.

Aquí, un fragmento de su conmovedor testimonio, donde podemos ver cómo el testigo y los jueces pasan de las risas al llanto ahogado. “Es increíble que esas cosas hayan pasado en mi patria. Y no deben suceder más”, dijo Bustelo antes de quebrarse.

La declaración que prosiguió fue la del mendocino Juan Pedro Racconto, quien ratificó todo lo dicho por Bustelo. Racconto, delegado gremial metalúrgico, relató el momento en que el teniente Miño, uno de los jefes a cargo del operativo, fusiló a un detenido en su presencia y después intentó hacer lo mismo con él, pero que el tiro no salió del arma. Fue liberado en marzo de 1977.

La sesión finalizó con el testimonio del albañil bonaerense Enrique Manuel Suárez, secuestrado junto a Oscar Conrado Alsogaray, ambos detenidos ilegalmente en José León Suárez. El primero fue liberado un día después en el barrio porteño de La Paternal, pero Alsogaray no corrió con la misma suerte ya que fue encontrado muerto y con su cuerpo dinamitado en Fátima el 20 de agosto de 1976.

Alfonsín llamó a la reconciliación

Ayer se realizó la “Cena de Camaradería de las Fuerzas Armadas”, con motivo de celebrarse esta semana un nuevo aniversario del 9 de julio. Allí, el presidente Raúl Alfonsín expresó: “La superación del golpismo sólo puede provenir de una reflexión global de la sociedad argentina sobre sí misma. Este es el único criterio realista e históricamente objetivo que puede servirnos de punto de partida para el esfuerzo por reconstruir reflexivamente la unidad de la Nación”.