Por S. Fernández, L. Martínez y M. Rengel

Victoria Ocampo dijo alguna vez: “Lo malo de contar la historia de una revista, es que uno olvida muchos detalles. Y sin detalles todo pierde sabor y hasta sentido”. A 85 años de la primera edición de la revista Sur, quizás haya recuerdos borrados por el tiempo, pero el ejemplar impreso que se conserva permite recobrarlos.

En el verano de 1931 Sur lanzó su primera edición de 100 ejemplares, reservados para suscriptores. Se lanzaba de este modo la que, en el futuro y hasta 1992, cuando se publicó su último número, iba a a ser una de las revistas más influyentes de la literatura hispanoamericana.

El sumario de esta edición se nutrió con textos escritos por: Victoria Ocampo, Waldo Frank, Drieu La Rochelle, Alfonso Reyes, Jules Supervielle, Eugenio D’ors, Ricardo Güiraldes, Ernest Ansermet, Walter Gropius y Jorge Luis Borges

QUIÉN ERA QUIÉN EN EL STAFF

 

“Carta a Waldo Frank”, escrito por Victoria Ocampo, era el prólogo que abría la primera edición. En este texto, la directora de la publicación manifestaba su gratitud hacia el escritor Waldo Frank, a quien consideraba  el gran impulsor para que fundara su propia revista literaria, decisión que tomó luego de un encuentro que tuvo con él y su traductor, Eduardo Mallea.

Ocampo tenía un punto de vista sobre el rol de la mujer atípico para ese momento. Hechos que constataron su carácter fueron su divorcio y su interés por formarse para ser parte del mundo literario, un lugar del cual estaban exentas las mujeres. Con la creación de la revista Sur, Ocampo volvió a dar un salto de rebelión. Si Frank y Mallea cometieron un error al elegirme, yo lo agravé perserverando, escribió en el prólogo.

Sur les brindó a jóvenes escritores las llaves para el mundo literario. Uno ellos fue Jorge Luis Borges, quien participó en esta primera publicación cuando apenas era un escritor amateur, con el cuento “El Coronel Ascasubi“. Borges se mantuvo como colaborador de Sur hasta su muerte y la revista fue el nexo que le permitió al escritor y Ocampo mantener una relación amistosa que perduró a través de las décadas.