Por Edmundo Álvarez y Juan Manuel Boarini
Con la vista fija en las elecciones generales del 27 de octubre, los candidatos ya pusieron en marcha sus campañas tras la abultada victoria del Frente de Todos en las PASO. Esas primarias dejaron un mapa electoral casi todo celeste, con apenas dos “islas” amarillas: Córdoba y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Allí se depositan las esperanzas de Juntos por el Cambio para dar vuelta la elección. Pero, ¿por qué fueron los únicos sitios donde el oficialismo resultó victorioso?
Por el lado de Córdoba, si se toman las cifras del ballotage de 2015, se puede observar una diferencia a favor de Cambiemos de poco más de 43 puntos respecto a un Frente Para la Victoria que, con Daniel Scioli como candidato, no logró superar el 29 por ciento. Sin embargo, a la hora de comparar con las cifras de las PASO, la brecha se achicó a 18 puntos, dejando a Juntos por el Cambio apenas por arriba del 48 por ciento.
El sector agrícola del centro-sur cordobés volvió a ser clave para la victoria del macrismo. Después de todo, el campo fue uno de los ejes de la gestión del actual Presidente, algo que ratificó con su discurso en La Rural. El levantamiento provisorio de las retenciones, junto a los récords de cosechas en soja, fueron importantísimos para que esa zona siga depositando su confianza en Macri.
Además, el odio generalizado a Cristina Fernández por el trato que le dispensó a la provincia durante su último mandato fue otro factor clave para la elección. Pero las políticas tomadas en la Casa Rosada desde 2015 fueron fulminantes para la clase media y los trabajadores; así se reflejó en los votos.
Si hablamos de las elecciones de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se debe partir de la base de que desde la reforma constitucional de 1994, que habilitó a los porteños elegir a su jefe de Gobierno, hubo una tendencia de voto distinta a la del mandato nacional. Se podría decir que siempre fue opositora, al menos hasta 2015, cuando la ola de Cambiemos pudo establecer por primera vez un alineamiento nacional y porteño.
Con este dato, se puede realizar una comparación entre el ballotage por la jefatura porteña de 2015, en la que Cambiemos resultó ganador por el 51,6 por ciento, y las PASO del 11 de agosto, donde no alcanzó los 46 puntos.
Para Facundo Galván, politólogo y docente de la Universidad de Buenos Aires, la elección de Larreta no sorprendió tanto ya que “logró mantener ese bastión de electorado Pro porteño, que varía entre los 850 y 900 mil votos“. Lo que sí cambió, al menos desde su óptica, es el sector “no Pro” u opositor ya que debió pasar de ECO, liderado por Martín Lousteau en 2015, a la fórmula del Frente de Todos liderada por Matías Lammens.
De todas maneras, Galván aclara que este análisis no es puramente matemático ya que no es posible afirmar en un 100 por ciento que los votantes de Lousteau elegirán la boleta de Lammens. “Lo cierto es que el Pro se ha vuelto la fuerza predominante en la ciudad de Buenos Aires, y definitivamente es el partido a vencer por la oposición“, afirma.
Karina Molina, politóloga y docente de la Universidad del Salvador, remarca que a pesar de la diferencia de 14 puntos, la elección del Frente de Todos en CABA fue “muy buena“. Los candidatos fueron “acertados para la ciudad ya que los anteriores, como Daniel Filmus o Mariano Recalde, no eran atractivos para el votante“. Además, detalla que logró captar el voto de la clase media frustrada, resentida con la gestión del Gobierno nacional, y por eso superó el techo de 600 mil votos de las anteriores elecciones.
En cuanto a un posible ballotage en CABA, teniendo en cuenta que para evitarlo es necesario que la fuerza ganadora sume la mitad más uno de los votos, ambos politólogos coinciden en que será muy difícil evitarlo. Sin embargo, aseguran que una derrota de Juntos por el Cambio es muy difícil en este distrito.
Lo cierto es que quedan menos de tres semanas para las elecciones, y en esta Argentina volátil, todo puede cambiar en cualquier momento, dependiendo de las medidas que se tomen a nivel nacional.
Foto principal: @horaciorlarreta