Por Belén Ruiz Díaz

El coronavirus tiene en vilo al mundo entero. Desde que aparecieron los primeros casos de COVID-19 en la provincia china de Wuhan, en noviembre del año pasado, hasta este presente de epidemia global declarada, los gobiernos y la comunidad científica internacional buscan la manera de combatir este virus que ya causó la muerte de más de 14.000 personas.

El COVID-19 es una de las infecciones causadas por el coronavirus, familia de virus que pueden provocar enfermedades tanto en animales como en humanos y que se propaga mediante el contacto de las secreciones respiratorias de una persona infectada con las mucosas (boca, nariz y ojos) de una persona sana.

Esta pandemia recuerda a otra reciente: la de la Gripe A H1N1 o “gripe porcina”, que empezó en 2009 con el contagio producido por el contacto entre cerdos y humanos. En Argentina, esa pandemia causó la muerte de 685 personas. A nivel global, la OMS calcula unas 18.500 muertes, mientras que estudios realizados por los
Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos hablan de unas 500.000 víctimas.

Si bien hubo infectados alrededor del mundo, la gripe A se centró en Brasil, Estados Unidos y Argentina, que fue el tercer país con la mayor parte de víctimas fatales. Por ahora, la mayoría de las víctimas del COVID-19 se centran en Italia, con 5.476 muertes, China con 3.276 y España con 1.720 víctimas.

Una de las grandes diferencias entre estas pandemias es que, a poco de comenzada, la gripe A se pudo combatir con Tamiflú y Ralenza, dos antivirales compuestos por oseltamivir, que ralentizan la velocidad de reproducción del virus en el cuerpo. En cambio, para el COVID-19 todavía no se encontró el medicamento adecuado. En casos leves, que son la mayoría, las recomendaciones son descanso, tomar mucho líquido y medicación analgésica solo con indicación médica. No se debe tomar ninguna medicación antiviral, ya que el tratamiento por ahora se centra en aliviar los síntomas.

Mientras tanto, el Ministerio de Salud de la Nación recomienda lavarse las manos con frecuencia, ventilar los ambientes de la casa y/o trabajo, no automedicarse, toser y/o estornudar sobre el pliegue del codo o usar pañuelos descartables, no llevarse las manos a la cara y, por supuesto, cumplir con el distanciamiento social obligatorio y la cuarentena dispuestos por el Gobierno de la Nación.

En caso de presentar síntomas leves, la indicación es comunicarse con el 107 en la ciudad de Buenos Aires y con el 148 en territorio bonaerense. A nivel nacional, el número es 0800-222-1002.